Pasaban pocos minutos de las ocho de la mañana y los primeros manifestantes ya empezaban a coger sitio. Les esperaban seis horas de manifestación bajo un sol y un calor de justicia, pero lo hacían con ganas y energía, aunque alguno habían hecho muchas horas de autobús para llegar.

Unas 10.000 personas, según la policía francesa, han llenado este martes las intermediaciones del Parlamento Europeo para protestar contra el veto a los eurodiputados electos Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Toni Comín, y para seguir internacionalizando la causa catalana.

Venidos de todas partes de Catalunya, pero también algunos del País Vasco, Madrid o incluso algún otro país europeo como Holanda, tenían claro el motivo de su presencia: "teníamos que estar". Indignados con el hecho de que los tres eurodiputados no hayan podido ocupar su escaño, a pesar de haber conseguido más de dos millones de votos en las urnas, creen que este tipo de concentraciones ayudan a "dar visibilidad" y enseñar que "la cosa no está parada".

Gran parte de ellos creen que la Unión Europea no hará "ningún movimiento" después de hoy, de la misma manera que no hacen nada por los "muertos en el Mediterráneo", pero consideran que "nuestro trabajo es ir despertando conciencias no tanto a los políticos como el pueblo". Asimismo lo han explicado a El Nacional los propios protagonistas: