Nueve de los heridos en las cargas de la Policía Nacional y la Guardia Civil durante el 1-O del 2017, junto con la Associació d'Afectats de l'1-O, la Associació Advocada per la Democràcia de Lleida y la Associació Atenes de Juristes pels Drets Civils han presentado en la Audiencia Nacional una querella por un delito de lesa humanidad contra los máximos responsables de la policía española.

La querella se dirige contra el ex-secretario de Estado José Antonio Nieto; el coordinador del dispositivo policial del 1-O, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos; el exjefe de la zona de la Guardia Civil en Catalunya Ángel Gozalo; el exjefe de la Policía Nacional en Catalunya Sebastián Trapote; el exdelegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo; el exdelegado del Gobierno en Barcelona Emilio Ablanedo; el exdelegado del Gobierno en Tarragona Jordi Sierra; la ex subdelegada del Gobierno en Lleida Inmaculada Manso; el exdelegado del Gobierno en Girona Juan Manuel Sánchez, y los jefes de sector y jefes de unidad de la Guardia Civil y del CNP en cada uno de los puntos de votación.

"Todo se produce a la misma hora y de la misma manera, es una orden superior que permitió a la policía actuar de manera sistemática contra la población que estaba votando", dice Lluís Mestres, uno de los abogados firmantes de la querella que pretende empezar una "instrucción de carácter global".

Aunque los nueve denunciantes han presentado su respectiva denuncia a los juzgados de instrucción, ahora creen que hay que ir más allá, como Virgínia Martínez, que tiene su caso en los juzgados de Mataró: "Cada uno ha presentado denuncia, independientemente de nuestra denuncia, la querella es por la impunidad, porque eso no lo ha decidido un policía, eso se organizó. Tenemos que atacar desde diferentes ámbitos, y este seguro que es uno de los que nos favorece a los que estamos a pie de juzgado".

Enric Sirvent: "Aquel día volví a nacer"

"Yo tenía una vida activa, hacía muchas cosas; con 70 años no pensaba que hicieran una cafrada como esta. Me tiraron al suelo, me asistieron. Menos mal que una era enfermera y sabía que había un CAP con un desfibrador. Volví a nacer". Así ha recordado nric Sirvent el momento en que la policía lo tiró al suelo y tuvo el ataque cardiaco.

Es uno de los nueve querellantes que representan a las víctimas de todo el territorio. Acusan a la cúpula política policial de llevar a cabo "un ataque sistemático contra una parte de la población civil residente en Catalunya".