La negativa encabezada por España de tener que recortar el consumo de gas hasta un 15% menos a partir del mes de agosto, ha hecho cambiar los planes iniciales de la Comisión Europea. Según un borrador que ha avanzado la agencia Reuters, las reuniones se están acelerando para suavizar el plan del bloque sobre sus exigencias en las cifras de consumo. Así pues, hay que recordar que la Comisión Europea propuso la semana pasada que los 27 estados miembros de la Unión Europea redujeran su consumo de gas hasta el próximo 31 de marzo. El objetivo sería voluntario, pero la Comisión podría hacerlo vinculante en caso de emergencia de suministro de gas.

Objetivo voluntario con excepciones

La reunión de la Comisión es mañana martes, pero los diferentes diplomáticos de los países de la UE ya han empezado a discutir la respuesta y revisarla este mismo lunes, antes de que sus ministros de Energía intenten llegar a un acuerdo. El cambio de ahora más relevante es que se mantendría el objetivo voluntario para todos los países para frenar el uso de gas, pero ofrece una serie de exenciones al objetivo vinculante, lo que significa que los países se enfrentarían a diferentes objetivos obligatorios. A la espera de concretar el nuevo plan y la respuesta pública de La Moncloa, sí se sabe que algunos de los que se han reunido, han acogido con satisfacción la última propuesta como base para un acuerdo, mientras que otros siguen expresando su preocupación porque, con tantas exenciones, Europa no ahorraría bastante gas para pasar el invierno si Rusia corta el suministro.

La química y el metal podrían estar fuera de la norma

Según la propuesta redactada por la República Checa, que actualmente preside las reuniones de los países de la UE, quedarían exentos los países sin enlaces con las redes de gas de la Unión Europea, que podrían cubrir países insulares como Irlanda y Malta. En cambio, aquellos con grandes volúmenes de gas almacenado podrían enfrentarse a objetivos más bajos para frenar la demanda, como también lo podría afirmar que exportan gas en otros países, probablemente incluida España, de lo que depende de Rusia para el gas y ha sido uno de los opositores más firmes a la propuesta. Más allá de las peculiaridades de cada estado, también se tendrían en cuenta los sectores industriales y podrían quedar exentos los más críticos como la química y el metal. Reuters asegura que, "según un diplomático destacado, el objetivo es garantizar que los países muestren solidaridad acordando actuar juntos, a la vez que aseguraba que la propuesta no se debilite tanto que se convierta en un tigre sin dientes".

La Unión Europea se ha convertido, de forma improvisada, en dos bandos: los que tienen una fuerte dependencia del gas ruso y los que no. Los dependientes que apuestan por una reducción del consumo del gas son Alemania, pero también Italia, Francia, los Países Bajos, Austria, Finlandia, Dinamarca y una mayoría de los países balcánicos. Al otro lado, el no lo abandera España, seguido de Portugal, Grecia, Bélgica, Polonia y Hungría. También Chipre, Malta e Irlanda las cuales han solicitado ser consideradas, islas energéticas, com la Comisión Europea ya trata a la Península Ibérica. La propuesta se tendrá que avalar por mayoría simple, es decir, con el voto favorable de 14 de los 27 estados miembros. Y no hay que tener en cuenta la mayoría cualificada. La misma Comisión Europea justifica esta medida porque es "la herramienta legislativa" que puede frenar las derivadas de la guerra en Ucrania y el choque con la Rúsia de Vladimir Putin.