Una de las ausencias más comentadas hoy en los actos de apoyo a los encausados por el 9-N ha sido la de los responsables de Unió Democràtica, la formación a la cual pertenece la exvicepresidenta Joana Ortega y que formaba parte del ejecutivo de CiU que impulsó aquella consulta.

Nadie de la formación democristiana se ha presentado esta mañana en el palacio de la Generalitat donde el actual Govern y el anterior se han reunido para apoyar a los encausado. Los miembros de los dos ejecutivos presentes han escuchado la declaración del president, Carles Puigdemont, y han compartido un desayuno en la sala Torres Garcia antes de salir hacia el TSJC donde tendrían lugar las declaraciones.

Allí, la ausencia del exconseller de Interior Ramon Espadaler, y el exconseller de Agricultura Josep Maria Pelegrí se ha hecho muy evidente. Los dos formaban parte del Govern que impulsó el 9-N e, incluso, se llegó a apuntar con fuerza la posibilidad de que Espadaler pudiera ser imputado por la consulta.

A preguntas de El Nacional, el exconseller de Interior ha asegurado que no ha podido asistir por razones personales y que así lo había comunicado al president, el expresident, a Ortega y a Rigau.

Quien sí estaba presente en la plaça Sant Jaume y ha acompañado a los inculpados hasta el TSJC ha sido la regidora democristiana de CiU, Sònia Recasens.

También estaba la cúpula de Demòcrates, la formación surgida de una escisión de Unió y que forma parte de JxSí. La representación de este partido ha sido encabezada por los dos expresidente del Parlament, Joan Rigol y Núria de Gispert, y por el líder de la formación, Antoni Castellà.

Ortega mantiene la militancia en Unió a pesar de que su retirada de la política ha provocado también un distanciamiento con el partido. Así mismo, tras sus intervenciones en que ha enfatizado la confianza y el apoyo recibido por parte del expresident Mas, ha dejado entrever el descontento con el trato recibido desde la formación democristiana.