Mas i Gispert a la comparecencia en el Parlamento / CARLES BAHÍA

La Guardia Civil ha ido a primera hora de la mañana a buscar al extesorero de CDC Daniel Osàcar a su casa. Inmediatamente lo han trasladado en un coche blanco al juzgado de El Vendrell para tomarle declaración en el marco de la operación Petrum. Esta ha sido la primera novedad del caso que ha irrumpido en los informativos matinales y el titular de fondo con que ha empezado a las diez y media la comparecencia de Artur Mas en la Diputació Permanent del Parlamento.

Mas ha comparecido ante el órgano de gobierno de la Cámara entre legislaturas con la voluntad de dar explicaciones detalladas sobre las condiciones legales en que se hacen las concesiones públicas en Cataluña y que, según él, hacen imposible ninguna irregularidad. Era la respuesta a la operación policial que el miércoles provocó el registro de la sede de CDC y una docena de detenciones. Sólo uno de los detenidos, el tesorero del partido, Andreu Viloca, está en prisión después de que el juez haya alegado riesgo de destrucción de pruebas.

“O ustedes me demuestran en algún momento que hay trato de favor en las adjudicaciones o, si no, no hay tema más allá de la pura especulación o las ganas de hacer daño”, ha advertido Mas después de detallar todas las medidas adoptadas por el Govern para garantizar la transparencia e insistir en que después de diez años de investigación no se ha podido demostrar nada contra CDC.

Responsabilidades

Pero el resto de grupos querían más. Empezando por ERC, que antes de empezar la comparecencia le ha hecho saber que le pediría la dimisión de la comisionada de Transparència, Núria Bassols, esposa de uno de los detenidos en la operación Petrum. Y así lo ha hecho. “Queremos que asuma la responsabilidad de hacer limpieza”, ha emplazado la portavoz republicana, Marta Rovira. Al lado de Rovira, el president d'ERC, Oriol Junqueras, ha seguido la intervención de Mas y de los grupos.

Acto seguido ha llegado el turno del socialista Miquel Iceta. "¿Considera señor Mas que en este contexto usted está en condiciones de volver a presidir la Generalitat?”, lo ha interrogado. El líder del PSC ha sido el primero que lo ha emplazado a renunciar a sus aspiraciones a la presidencia, y ha marcado un camino que han seguido el resto de portavoces de la oposición. El popular Santi Rodríguez –“ni que sea por un ramalazo de sentido político, renuncie a la presidencia de la Generalitat”–, el ecosocialista Joan Herrera –“Usted hoy tiene menos autoridad y lo mejor que puede hacer es un paso atrás”– y la jefa de C's Inés Arrimadas –“Cree que es bueno para Cataluña que usted sea el próximo presidente?”–.

Sentido democrático

“Realmente debo estar molestando mucho para que todas sus intervenciones acaben igual”, se ha lamentado Mas. El presidente ha recordado que hace dos meses, cuando compareció ante la Cámara el 2 de septiembre tras el registro de la fundación de CDC, ya le pidieron que se marchara, pero ha matizado que entre aquella comparecencia y el actual momento hay una diferencia: se han celebrado elecciones y ha obtenido el apoyo de 1.600.000 personas que han avalado la candidatura que lo propone como presidente. "¿Es un gran sentido democrático decirme que termine después de haber tenido este apoyo en las urnas?”, se ha preguntado.

Ante la Diputació Permanent sólo han podido intervenir los grupos que cuentan con representación en el Parlament saliente. Hasta el lunes no se constituirá el nuevo hemiciclo. Por eso, los responsables de los nuevos grupos de la Cámara, que todavía no han tenido ocasión de recoger el acta de diputados se han tenido que conformar con seguir el pleno como invitados. Entre ellos, Antonio Baños de la CUP y Lluís Rabell de Catalunya Sí que es Pot.

El líder de la CUP ha asegurado en los pasillos de la Cámara que Convergencia está manchada de corrupción y que el grupo cupero no cambia sus convicciones por el número de detenidos que tiene CDC.

La reunión de Mas i Pujol

Uno de los elementos polémicos de la comparecencia ha sido la noticia que Mas estaba reunido con el expresidente Jordi Pujol el miércoles, a la hora en que empezaron los registros en CDC por la operación Petrum. Diferentes grupos han preguntado si era cierta la información.

El president en funciones ha reconocido que este encuentro se había producido a las 9 de la mañana del miércoles y que se marchó a las 11 horas, cuando lo avisaron de lo que estaba pasando en la sede del partido. "¿Es que es un delito? Y lo volveré a ver [a Pujol]. ¿Dónde está el delito?", se ha preguntado.

Fuentes del Gobierno han explicado a El Nacional que el encuentro se celebró en casa de un empresario amigo del expresidente por deseo de éste, a quien le resulta difícil volver al Palau de la Generalitat después de toda la polémica en que se encuentra implicado él y su familia. Igualmente estas fuentes admiten que los dos han celebrado cinco encuentros que argumentan por la relación personal que han mantenido durante muchos años.

Ante la constatación de que sus movimientos son tan públicos, Mas ha tensado un poco más la intervención y se ha cuestionado si está siendo objeto de un seguimiento: ¿Es que hay seguimientos especiales? ¿Por parte de quién? Y por qué me meten a mí por el medio?".

Guerra sucia

No ha sido una acusación velada. El president no ha tenido inconveniente a denunciar guerra sucia del Gobierno español y ha insistido a enmarcar las investigaciones de que está siendo objeto su partido en el proceso político que vive Catalunya, además de advertir que “tenemos un Estado que cuando tiene que utilizar sus cloacas lo hace a fondo”.

El Ejecutivo español ha respondido de manera casi inmediata. Se ha encargado la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha aprovechado la rueda de prensa posterior al consejo de ministros para advertir que las acusaciones de Mas son impropias de un gobernante y no respetan a los ciudadanos. La número dos del Gobierno español lo ha acusado de quererse presentar como víctima y de no asumir sus responsabilidades.

La acusación más contundente en el Parlament contra la intervención del Estado  ha sido, sin embargo, la del portavoz de CDC, Jordi Turull, que ha asegurado que su partido no se rendirá, “por más que usen armas convencionales o no convencionales”.

A pesar de la contundencia del portavoz, la comparecencia ante la diputación permanente ha dejado claro que las tensiones internas y externas del proceso no caen en saco roto.

A partir del lunes serán nuevos diputados los que recogerán sus actas como parlamentarios y se ubicarán en los escaños que esta misma mañana les ha asignado la Mesa del Parlament. No obstante, con toda seguridad el debate será el mismo, pero con unos grados más de crispación.

Minutos antes de acabar la reunión de la Diputació Permanent, se ha sabido que Daniel Osàcar había quedado en libertad con cargos. Un conductor del partido lo esperaba en la puerta del juzgado y se lo ha llevado de vuelta en Barcelona tan pronto como ha salido.