Más críticas. El secretario general de Junts, Jordi Turull, se ha sumado hoy a los reproches que ha generado la reunión que tienen que mantener este mismo miércoles a la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Los dos representantes se encontrarán en Madrid en lo que tiene que suponer la vuelve a la reunión que los dos mantuvieron en el Palau de la Generalitat el 24 de abril, después del CatalanaGate, y la catalana también aprovechará para compartir con su homólogo el listado de agravios sobre incumplimientos. Un encuentro que ya ha generado un cierto malestar entre los socios de Govern: desde Junts aseguran que no habían sido informados de la reunión, y se han enterado por la prensa. "No sabíamos nada. Parece que algunos quieren pasar de la mesa de diálogo a la mesilla, y aquí nosotros ya no cabemos", advirtió ayer en rueda de prensa el presidente del grupo, Albert Batet.

Y hoy se ha sumado el principal representante de la formación, Jordi Turull, quien ha advertido que con la reunión entre Vilagrà y Bolaños solo se conseguirá "blanquear" el caso de espionaje del CatalanGate y también la actitud con que ha respondido el gobierno central de Pedro Sánchez al escándalo. "No creemos que se tenga que normalizar una situación porque quiere decir blanquear una serie de dinámicas que requieren toda la información y no ponerse de perfil", ha afirmado en una entrevista en Europa Press. Y ha ido más allá, avisando de que Junts no quiere participar "de normalizar unos encuentros y unas dinámicas que en ningún caso son normalizables".

Ante la situación dada por el espionaje a los independentistas y la reacción oficial de La Moncloa, ha remarcado que solo hay una opción: mantener las relaciones congeladas. El Govern de la Generalitat ya avisó, después del estallido del escándalo, de que optaría por esta vía, pero la reunión de hoy significa romper con ella. "Somos partidarios de congelar relaciones hasta que no se asuman todas las responsabilidades que se tienen que asumir", ha reclamado, señalando también a Esquerra Republicana para que no pasen por alto el CatalanGate y que sean "muy exigentes" con el gobierno central. "Hay muchos motivos para no participar directa ni indirectamente en una normalización que acaba siendo un blanqueo de aquellos que se ponen de perfil cuando hay episodios de espionaje".

Además, Turull también ha lamentado que su formación no sabía que se produciría la reunión, y ha pedido que las relaciones con el Estado se acuerden en el mismo Govern para ir todos "a la una" y sin discrepancias entre los dos socios. "Una cosa es la relación que pueden tener los partidos, que es legítima y cada uno tiene su estrategia de partido, pero otra es cuando actúas en nombre de la Generalitat de Catalunya," ha recordado. Sobre qué resultados puede traer la reunión, ha rematado que no se puede "esperar nada", teniendo en cuenta la actuación del ejecutivo de Sánchez desde que se reveló todo, justificando el espionaje y sin garantizar que no se volverá a repetir.

La anterior reunión, "insuficiente"

La primera reunión entre Vilagrà i Bolaños por el CatalanGate fue el pasado 24 de abril, cuando hacía pocos días que se había hecho público el artículo de CitizenLab que alertaba sobre el espionaje a dirigentes independentistas catalanes. Aquel primer encuentro fue poco provechoso, ya que Vilagrà no escondió su malestar después de hablar con su homólogo español. "No ha ido bien", dijo la consellera, al mismo tiempo que subrayó que la información que había recibido era "insuficiente" y que "si el Gobierno no se mueve habrá consecuencias graves". Hasta ahora, nada.