El gentío se ha ido marchado sobre las dos y media de la tarde después de los parlamentos de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, presidentes de la ANC y Òmnium. Pero sobre las cuatro y media ya se volvía a sentir bullicio desde dentro del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, donde durante toda la mañana se ha trabajado con normalidad mientras, fuera, decenas de miles de personas volvían a mostrarse como un bloque firme, ahora reclamando la libertad de los detenidos en la operación policial de ayer.

Los arrestados, todavía en dependencias judiciales y sin depender directamente del juez a estas alturas, han visto todo el apoyo ciudadano en las puertas del Palau de Justícia, símbolo de la judicatura catalana. Una muestra más del rechazo a la judicialización de la política que ayer alcanzó una nueva dimensión después de los registros y detenciones en el corazón y cerebro de la logística del referéndum.

A las cinco de la tarde ya volvía a estar todo lleno y, a medida que han ido avanzando las horas, el paseo Lluís Companys, delante del TSJC, ha quedado repleto de gente hasta el Arco de Triunfo. Y nuevamente cánticos pidiendo la libertad de los detenidos, clamores para votar, gritos de independencia y entre gritos y repetidas versiones de Els segadors, el concierto enlatado con la Elèctrica Dharma y la recuperada Gallineta de Lluís Llach, que encaja perfectamente en las reivindicaciones de ahora, 40 años más tarde de ser creada.

La movilización no tiene fecha de final: hasta que los detenidos salgan en libertad.