Poco más de un año después de la tragedia de la DANA que se llevó la vida de 229 personas, Carlos Mazón ha dimitido este lunes como presidente de la Generalitat Valenciana y ha dejado en manos del Partido Popular y de Vox la elección de su sustituto. Con este paso, el líder popular cierra una etapa marcada por la presión política y judicial derivada de la gestión de aquella catástrofe, y abre un nuevo escenario de incertidumbre institucional y partidista. Mazón no ha convocado elecciones anticipadas y continuará en funciones hasta que las Cortes designen a un nuevo jefe del Consell. La decisión deja a las formaciones de la mayoría parlamentaria —PP y Vox— la responsabilidad de encontrar un relevo que garantice la estabilidad del gobierno y evite una nueva cita con las urnas. En este contexto, el Partido Popular ya estudia tres nombres que podrían tomar el relevo: Vicent Mompó, María José Catalá y Juanfran Pérez Llorca. Una elección que podría derivar en una crisis interna entre el PP nacional y el PP del País Valencià. Los tres, por cierto, catalanohablantes.

Vicent Mompó, la vía de los barones provinciales

El presidente de la Diputación de Valencia y del PP provincial, Vicent Mompó, es una de las figuras que más fuerza ha ganado en las últimas horas dentro del partido. Desde los territorios, muchos dirigentes lo consideran una opción de consenso capaz de cohesionar las diferentes familias internas. Sin embargo, su principal obstáculo es que no es diputado autonómico, un requisito imprescindible para presentarse a una investidura dentro de la actual legislatura. Por lo tanto, su candidatura solo sería viable si se convocaran elecciones anticipadas, una posibilidad que ahora mismo no figura en la agenda inmediata del PP.

Al frente de la Diputación desde 2023 y alcalde de Gavarda desde hace más de una década, Mompó se ha caracterizado por un perfil más moderado que el de Mazón y por mantener posiciones propias en materias delicadas como la lengua o la memoria democrática. Al inicio de la crisis por la DANA, su actuación —suspendió la actividad institucional a las dos del mediodía y se incorporó al Cecopi horas antes que el presidente— lo convirtió en ejemplo de lo que debería haber hecho el jefe del Consell. Con el tiempo, sin embargo, su discurso se ha ido aproximando al de Mazón, asumiendo parte del relato oficial del gobierno autonómico.

Vicent Mompó / Europa Press

María José Català, la preferida de Génova

La otra gran candidata es María José Catalá, alcaldesa de Valencia y diputada autonómica. Desde la dirección nacional del PP se considera su opción preferida para relevar a Mazón. El presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, ve en ella un perfil con proyección estatal, experiencia institucional y capacidad para recuperar la confianza del centro político valenciano. Catalá cuenta con una trayectoria amplia dentro del partido, ya que fue consellera de Educación, portavoz parlamentaria y alcaldesa de Torrent, y forma parte del comité ejecutivo nacional del PP

Aunque es una de las dirigentes mejor valoradas por los electores populares, Catalá ha dejado claro que su prioridad es continuar en el Ayuntamiento de Valencia, donde asegura que aún tiene muchos proyectos pendientes. “Soy alcaldesa de Valencia y lo seguiré siendo”, dijo hace pocos días en un acto público. No obstante, el hecho de ser diputada autonómica la convierte en una opción factible para una investidura rápida dentro de la legislatura, si el PP y Vox consiguen un acuerdo que evite las urnas.

María José Català / Europa Press

Juanfran Pérez Llorca, la opción de continuidad

El tercer nombre sobre la mesa es el de Juanfran Pérez Llorca, alcalde de Finestrat, diputado autonómico y secretario general del PP valenciano. Considerado el hombre de máxima confianza de Mazón, ha sido una pieza clave en la actual dirección del partido y uno de los negociadores del acuerdo con Vox que permitió la formación del gobierno en 2023. Con una trayectoria ligada a la política local y al sector turístico de la Marina Baixa, Pérez Llorca es conocido por un perfil discreto y dialogante. En Les Corts ha defendido el papel de la mayoría parlamentaria y se ha opuesto a las maniobras internas de figuras como Francisco Camps, a quien reprochó haber “malgastado el tiempo” en intentos de volver al primer plano.

Su condición de diputado autonómico lo sitúa en una posición privilegiada para una investidura inmediata sin necesidad de convocar elecciones. Para Mazón, es el sucesor ideal: fiel, de confianza y capaz de mantener la línea de gobierno actual mientras se reorganiza el partido. En caso de que el PP quiera garantizar una transición rápida y sin sobresaltos, Pérez Llorca aparece como la carta más viable para asegurar la continuidad institucional.

Juanfran Pérez Llorca / Europa Press

Un futuro abierto y condicionado por Vox

La salida de Mazón abre un período de incertidumbre que puede marcar el futuro político del País Valencià. Según el reglamento de las Cortes, hay doce días hábiles para presentar una candidatura alternativa, y el apoyo de Vox —con trece diputados— es imprescindible para investir a un nuevo presidente o presidenta. Si no hay acuerdo, el calendario conduce inevitablemente a unas elecciones anticipadas que se celebrarían el domingo 15 de marzo de 2026. En cualquier caso, lo que se decida en las próximas semanas marcará no solo el futuro del gobierno valenciano, sino también el equilibrio interno del Partido Popular y su peso político en uno de sus principales bastiones territoriales.