Con un libro de Incierta Glòria en inglés y uno en alemán, el eurodiputado de CDC y ponente del Parlamento Europeo del informe anual del Banco Central Europeo (BCE), Ramon Tremosa, se ha encontrado este martes con el presidente del BCE, Mario Draghi, y, más tarde, con el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, para, por un lado, instar a la ampliación del mandato del BCE para controlar tanto las burbujas financieras como la inflación y, por el otro, debatir sobre el informe anual.

El objetivo de Tremosa de estas dos reuniones –donde también estaban presentes altos cargos de los dos bancos– ha sido pedir una "reconsideración" de las políticas actuales de compra de la deuda pública con la finalidad de que el BCE facilite la construcción de infraestructuras de interés europeo, como el corredor mediterráneo, al Banco Europeo de Inversiones (BEI), así como pedir que se equipare la importancia del control de la inflación a la del control de posibles burbujas financieras.

En este sentido, se ha lamentado de que "los efectos deflacionarios de la globalización y de una demografía europea en declive", puedan terminar arrastrando la economía europea en una "larga fase de estancamiento" y, consecuentemente, que los objetivos del BCE en términos de inflación del 2% sin generar "grandes" burbujas financieras sea "mucho más difícil de alcanzar".

El eurodiputado también ha podido contestar sus opiniones sobre el informe anual del BCE antes de presentarlo a la comisión de Economía del Parlamento Europeo a mediados de junio, donde se acabará votando.

El punto más caliente del informe gira en torno a los "efectos no previstos ni deseados de las políticas extraordinarias impulsadas por Draghi" como, por ejemplo, unos tipos de interés bajos que puedan acabar siendo negativos o el "riesgo" que esto conllevaría para "la sostenibilidad del negocio de las compañías de seguros y los planes de pensiones privados".

Pero también habrá otro punto polémico en el debate del informe, cuando Tremosa plantee si países como España se han aprovechado de las políticas expansivas del BCE "para financiar su deuda pública ineficiente de manera más barata" desde 2012.