Si hay algo que le gusta al Primavera Sound es hacer historia. Si en 2019 fue capaz de lanzar el primer cartel paritario de la historia de los macrofestivales internacionales, en 2025 ha querido ir un paso más allá. Ha sido el evento más avispado a la hora de leer la realidad del momento. Si los premios, la relevancia mediática y las listas los lideran mujeres, ¿por qué no poner a tres cabezas de cartel femeninas? Parece evidente, ¿no? Pues quizá no tanto, porque hasta que el Primavera Sound no anunció a Charli XCX, Sabrina Carpenter y Chappell Roan como líderes de la edición 2025, nadie había tenido tres jornadas seguidas encabezadas por mujeres. Parece increíble que haya tenido que pasar un cuarto de siglo del siglo XXI para lograrlo, pero por fin hemos llegado. Medallita para el festival barcelonés. Y a vosotras, bienvenidas a casa, os estábamos esperando.
Dejando las contradicciones en la taquilla
Lo mejor de la primera jornada, además de baños potencialmente más limpios y que aún no huele en exceso a aftersun (porque los guiris no han tenido tiempo de quemarse), es la sensación de novedad. La frescura de descubrir un año más qué nos traerá este pequeño gran crucero musical. Serotonina a cada paso, a cada descubrimiento, a cada nueva actuación a la que no pensabas ir, pero un amigo te ha llevado. ¿Tocarán mi favorita? ¿Te has mirado el repertorio? ¿Qué escenario es este? ¿Han hecho tal colaboración en primicia y no estabas? Cuando empieza a pasar esto, parece que haber pagado casi el equivalente a un mes de alquiler de una habitación en Barcelona no importa. Subes la rampa con alegría, intentas colar una petaca, y lo que se tercie, y esquivas unos cuantos excuse-me-mate. Ya estás: la tierra prometida se abre ante ti.

En una ciudad en la que todo es susceptible de convertirse en una atracción turística más de la despersonalizada y estéril marca Barcelona, el Primavera Sound parece querer ser el primero de la clase en aplicar esta estrategia para conseguir más promoción. Gracias a vender parte de sus participaciones a The Yucaipa Companies —un fondo de inversión que dedica parte de su actividad a la especulación inmobiliaria—, en lugar de hacerlo con Superstruct Entertainment, como es el caso del Sónar, un año más ha podido posicionarse abiertamente, y con el pecho bien alto, en contra del genocidio en Gaza. Y lo deja claro nada más cruzar el control de seguridad. Pese a las buenas intenciones, cae de nuevo en la trampa de las "activaciones". Si el año pasado instaló el Gaza Mirror, una especie de portal (que se estropeó a las pocas horas) donde se podía ver parte de la destrucción en territorio palestino —y que nadie se pudo tomar en serio—, este año han dicho: go hard or go home. Un túnel de 15 metros de arquitectura sensorial en la entrada del recinto donde se escuchan sonidos, bombas y ataques como los que se oyen en Gaza. ¡Olé! Ahora, después de pasar por un estand de maquillaje donde te hablan de salud mental y de hacer un juego de reciclaje patrocinado por una aerolínea low cost, ¡podrás grabarte un vídeo con bombardeos de fondo powered by Primavera Sound! La mentalidad de ricos con complejo de salvadores blancos siempre acaba teniendo resultados delirantes. Pero ¡eh! ¡No perdamos el norte! Es hora de dejar las contradicciones, y algún que otro principio, en la taquilla, y empezar a disfrutar de lo que nos hace volver año tras año al asfalto del Fòrum: la música.
En el Primavera siempre ganas
En medio de una plaza llena de estímulos publicitarios, una estatua de Las Supernenas —haciendo alusión al meme de internet de las cabezas de cartel— nos da la bienvenida a una edición con un total de catorce escenarios. Afortunadamente, escojas lo que escojas, en el Primavera siempre ganas. Desde la propuesta de la murciana AMORE abriendo Mordor, a los sintetizadores de neo R&B dance de Nourished By Time (tras comprobar que el 90% del público era británico), pasando por IDLES gritando FREE PALESTINE cada pocas canciones, o la sorprendente (no) cancelación de FKA Twigs, ejecutando uno de los álbumes más experimentales de la jornada. Destacaron grandes momentos como el sueño febril de Magdalena Bay —con casi más cambios de vestuario que cualquier otro grupo—, que reinventó el dream pop con cadencias groovy en temas como You Lose o Fear, Sex, jugando con lo que resulta familiar pero parece irreal al mismo tiempo, y la celebración de los diez años de In Colour de Jamie xx, donde la electrónica más blanca sirvió de telonera para el gran acto de la noche. También habría que destacar que los baños dejaron de funcionar a la hora de cenar, pero muchos preferimos olvidarlo.

Primavera Sound 2025 / Foto: Carlos Baglietto

Primavera Sound 2025 / Foto: Carlos Baglietto

Primavera Sound 2025 / Foto: Carlos Baglietto
Si había un concierto al que hasta el tiktoker más desubicado sabía que había que ir, era el de Charli XCX con Troye Sivan presentando su SWEAT TOUR
Si había un concierto al que hasta el tiktoker más desubicado sabía que había que ir, era el de Charli XCX con Troye Sivan presentando su SWEAT TOUR. Con una espera absolutamente inhumana —baños colapsados, en Mordor no cabía nadie mas, barras inasequibles, gente colándose en la Cruz Roja para mear porque nadie parecía poder dar alternativas—, la noche podía haber sido una tragedia. Nunca tanta gente había estado dispuesta a asfixiarse por un concierto. Pero el triunfo del dúo históricamente más imparable de cualquier instituto —un gay y una chica lo bastante segura de sí misma como para convertirse en un repelente de heterobásicos— valía la pena. Para quienes no estéis familiarizados con esta combinación, que a tantos nos ayudó a atravesar las etapas formativas de la adolescencia, es el combo que formaban Yoli y Fer en Física o Química, pero ahora son angloparlantes.
La noche fue de Charli
Si el año pasado el Primavera se colgó la medalla de ser el escenario donde nació el fenómeno mundial que ha marcado el último año, BRAT, ahora la británica volvía con la misma lona de slime verde, pero esta vez garabateada, rasgada, como quien lleva literalmente un año —365 días con sus 365 noches— de fiesta. Era la hora de empezar: Got Me Started. La gente que llevaba horas guardando sitio, y aquellos que habían reservado el tiempo para llegar con el punto de alcohol justo y necesario para ver cómo se hacía historia, enloquecieron como si les pagaran por ello. Un b2b que intercambió la presencia del australiano y la británica en un cóctel de energía electrizante.



Lamentablemente, en una fecha tan señalada como este jueves 5 de junio, en la que Sivan celebraba sus treinta años, la noche fue de Charli. El compromiso con su personaje es inigualable, porque no hay personaje. Esta alocada, alcohólica, sucia, sensible, torpe y divertida a partes iguales es, en sí, Charlotte Emma Aitchison, aka Charli XCX. En cada tema parecía querer dejar afónicos a todos y cada uno de los asistentes. 365, 360, Guess, One of Your Girls, In My Room, Vroom Vroom... ambos jugaron con sus mejores éxitos para culminar con su colaboración Talk Talk. Ante las especulaciones sobre si alguien subiría al escenario: ni BB Trickz, ni Guitarricadelafuente, pero a cambio, para Apple Girl —las chicas del público que aparecen en pantalla durante la coreografía más popular del tour— tuvimos a la cabeza de cartel del sábado, es decir, Chappell Roan.
Ahora estamos más confiados, más buenos, y más sexis que nunca. Como quien va a un club de autoayuda por la crisis de la mediana edad, pero rodeado de turistas que no saben por dónde les viene el aire
Quizá, si hay que señalar un punto más flojo frente a un público tan entregado, fue no tocar la viral Party 4 U, pero no siempre se puede tener todo. Durante prácticamente dos horas, cumplir treinta años resultó ser una quimera. Ahora estamos más confiados, más buenos, y más sexis que nunca. Como quien va a un club de autoayuda por la crisis de los cuarenta, pero rodeado de turistas que no saben por dónde les da el aire. La primera jornada del Primavera Sound culminó entre una sobreasistencia y dos horas de puro mamarracheo anglosajón. Pero lo más probable es que, si alguien preguntara a los asistentes si repetirían, todos responderían con voz firme que sí. Al fin y al cabo, las contradicciones se quedaron en la taquilla.