La continúa negativa del Estado español por permitir la celebración de un referéndum es una trampa para deslegitimar la unilateralidad según el decano de la facultad de Derecho de la Universidad Pompeu Fabra, Josep Vilajosana. El catedrático ha asegurado que detrás de esta prohibición se esconde la intención de instaurar un callejón sin salida en el marco mental independentista.

Para Vilajosana, la pretendida confusión no busca nada más que desacreditar la vía unilateral, y consecuentemente, impedir el progreso del proceso. Si bien es cierto que el decano ha reconocido que la unilateralidad nunca disfrutará de las idílicas condiciones de un referéndum pactado, ha reprobado el hecho de que el responsable de impedir el acuerdo "sea quien exija que el proceso para declarar la independencia sea legal". Dicho esto, para argumentar la legitimidad de la unilateralidad, Vilajosana se ha amparado en tres fundamentos jurídicos, que a pesar de ser de cariz moral, no se pueden desligar del derecho constitucional.

El primero de ellos es el principio de la autonomía individual, por el cual cada uno tiene que ser libre para cumplir con sus planes de vida más allá el ámbito privado. El segundo es el principio de inviolabilidad, por el cual las personas no pueden ser instrumentalizadas a pesar de se encuentren en minorías. Y el último es el principio de la dignidad humana, por la cual se respetan las decisiones independientemente de las razones, ya que el voto vale igual en última instancia.