Después de una jornada maratoniana de tensiones y negociaciones entre JxCat y ERC, el pleno ha quedado suspendido por falta de tiempo. El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha decidido aplazar la tercera sesión del debate de política general ante la previsión de tiempo, que situaba el inicio hacia las diez y media de la noche, más de diez horas después de la hora prevista. Torrent tratará con los grupos parlamentarios cuando se reprenderá, aunque muy probablemente no será hasta la semana que viene. Inicialmente debía retomarse a las 12 del mediodía. A las nueve de la noche aún estaba reunida la Junta de Portavoces.

La jornada, más bien maratoniana y tempestuosa --una vez más--, ha estado marcada por los desacuerdos primero y por los acuerdos después. En el ojo del huracán había los cuatro diputados de JxCat procesados por rebelión --Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Tull--, que no se consideran suspendidos. La mañana ha empezado con reproches entre pasillos, que se han transformado en un acuerdo después de intensas reuniones, cuatro horas después de la hora prevista de inicio del pleno.

Pasadas las diez de la mañana, el portavoz del grupo demócrata, Albert Batet, ha registrado un escrito donde comunicaba a la Mesa que los diputados afectados mantenían la delegación de voto previa al auto del juez Llarena, y que por lo tanto no se acogían a la sustitución como Oriol Junqueras y Raül Romeva. Pero el escrito ha sido tumbado por un defecto de forma, que han advertido los letrados y que el presidente del Parlament ha reclamado subsanar. Concretamente, el escrito tenía que ir firmado por los mismos interesados, y no por el portavoz.

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Inicialmente, JxCat se ha opuesto a presentar ningún nuevo escrito, y las tensiones se han hecho cada vez más evidentes. Hasta el punto que se ha tenido que convocar una cumbre al más alto nivel, que ha durado hasta pasada la hora de comer y que ha contado con el president Quim Torra, el vicepresident Pere Aragonès y el president Roger Torrent. También han participado los consellers Ernest Maragall y Elsa Artadi, además de los máximos representantes de JxCat y ERC. Fuentes conocedoras explican que el desacuerdo se ha empezado a desencallar con la llegada de Aragonès. Hasta entonces, los reproches corrían de un lado a otro.

Finalmente, el acuerdo ha llegado al despacho del president en el Parlament pasadas las cuatro de la tarde. El pacto respetaba la diferenciación entre los diputados de los dos grupos --los de ERC "designan" y los de JxCat "delegan"--, pero también contemplaba que los cuatro diputados harían llegar a la cámara un escrito que daba fe del escrito anterior de su portavoz. En este constaba una referencia al acuerdo del pleno del martes, como también pedía Torrent.

Las discrepancias en el seno de la Mesa, que es el órgano que tenía que dirimir el asunto, las han evidenciado el presidente del Parlament, Roger Torrent, y el vicepresidente primero de la cámara, Josep Costa. Los dos principales grupos de la mayoría independentista se han vuelto a tirar los trastos a la cabeza y han hecho peligrar la estabilidad del Govern. Después de todo eso, JxCat y ERC han querido escenificar el acuerdo con una rueda de prensa conjunta donde han quitado hierro al choque.

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Solución diferenciada

El choque estratégico de toda la legislatura: pragmatismo contra legitimismo. Las diferencias entre "designar" y "delegar" no son menores. Los diputados de ERC han escogido la primera, que es la que apuntó el juez Pablo Llarena en su auto, que proponía la sustitución de los parlamentarios para no alterar las mayorías parlamentarias. Y era el segundo punto del dictamen que aprobó el pleno este martes. En cambio, JxCat no se ha acogido a este segundo punto. La consecuencia es que no dan a sus diputados por suspendidos y siguen delegando el voto, en base a la petición que hicieron a finales de mayo.

No obstante, durante el transcurso de la reunión de la Mesa, los letrados del Parlament han expresado sus dudas porque, después del auto de Llarena, consideran que la situación cambió, y que por lo tanto las delegaciones de voto decayeron. Es por eso que los servicios jurídicos consideran que Puigdemont y los diputados presos no pueden acogerse a ella. También han avisado que podrían no contar estos votos.

La jornada ha llegado a un punto de surrealismo tal que, en un momento de la Junta de Portavoces mientras debatía las reconsideraciones de Ciudadanos y el PSC, el representante del PP ha llegado a plantear que, ya puestos, se acogieran a la misma solución que Junqueras y Romeva, provocando la sorpresa del resto de miembros. En varias ocasiones la oposición ha planteado "por qué Junqueras y Romeva son diferentes del resto".

La semana ya empezó fuerte con las cargas delante del mismo Parlament. Ahora, la tercera sesión del pleno de política general, que debía debatir y votar las propopuestas de resolución, ha quedado aplazada sine die. En una jornada muy accidentada, el escenario electoral se ha llegado a mencionar, aunque no a desear.