Sabía que intervendría desde hacía días. Y el president Torra tenía muy claro qué mensajes quería que calaran de su discurso en el congreso de La Crida. La unidad es imprescindible "nos estamos dejando la piel para hacer República" y "hace falta una candidatura unitaria en Barcelona".

Torra ha hecho vibrar a los 4.000 asistentes sentenciando que "la receta es 'Unidad, Libertad y República,' y apartarse de estas tres palabras es traicionar el espíritu del 1-O". Mensaje en un doble sentido. Primero, para aplacar las críticas de la ANC, que le acusan de dirigir un gobierno autonomista. Y en segundo lugar, interpelando directamente a todos los que se han postulado como alcaldables independentistas por Barcelona, Quim Forn, Ernest Maragall, Ferran Mascarell y Jordi Graupera para que se sienten y trabajen para presentarse en una sola lista.

Sobre su tarea al frente del Gobierno -cuestionada receientemente desde parte del bando independentista-, ha dejado claro que "yo sólo acepté la presidencia de la Generalitat para hacer república, que quede claro a todo el mundo." Y ha añadido que si nunca pienso que no tengo las fuerzas, los apoyos o las capacidades para avanzar y alcanzar la independencia, terminaré.

En este sentido, ha señalado como "objetivo prioritario la investidura de Puigdemont". Y ante aquellos que disparan contra el gasto del presidente en viajes internacionales, Torra ha avisado de que seguirá gastando lo que haga falta, para presentarse por todas partes con "la bandera del diálogo, los derechos civiles y la no-violencia. Y para combatir, también las "barbaridades de Borrell diciendo que la violencia policial del 1-O son fake news".

Al inicio de su intervención, el presidente Torra ha pedido un minuto de silencio en memoria de las víctimas del franquismo, hoy que hace justo 80 años de la entrada de las tropas fascistas en Barcelona.