Relacionar como causa y efecto la crisis terminal del gobierno de Pedro Sánchez y la maldad intrínseca del independentismo encarnado en Quim Torra es lo que vienen fabricando las portadas de la prensa de Madrid de esta semana, siempre distinguiendo entre los tres tabloides antigubernamentales y el diario más próximo al gobierno (español).

ME

ABC

Son especialmente notables ABCEl Mundo de este miércoles, que utilizan la palabra "chantaje" para definir la política del presidente de la Generalitat. Es decir, Quim Torra abusa de su poder para obtener del presidente Sánchez que negocie un referéndum de autodeterminación. Pretende su coacción bajo la amenaza de dejarlo sin mayoría parlamentaria –por tanto, de hacer caer el gobierno– si se niega. Torra es el malvado explotador que abusa. Sánchez es el desgraciado débil en posición vulnerable. Los dos son culpables. Uno y otro quedan fatal. Et voilà!

ABC, además, viene hacer, este martes, una portada-póster con Pablo Casado, presentado como el caudillo fuerte cuya energía patriótica, decisiva y determinada, acabará con esta situación de miré los muros de la patria mía si un tiempo fuertes ya desmoronados, etcétera. Además con un IRPF máximo del 40% eh. Bueno, bonito, barato. La secuencia de ambas portadas es perfecta.

Interpretaciones y hechos

El problema de todo este despliegue es que titulan con una interpretación y no con alguno o algunos hechos o manifestaciones (que también son hechos), que justifiquen el "chantaje", "la asfixia" y tal. Se han dejado ir (otra vez). Esta vez hay pruebas de que se puede hacer de otra manera. La Razón no tiene que usar palabras cargadas negativamente para describir idéntica situación. O el reportaje de El País sobre cómo se decidió la actuación de los Mossos d'Esquadra en la manifestación del martes por la tarde en el Parc de la Ciutadella, ante de las puertas del Parlament.

EP

LR

El riesgo de presentar los hechos y sólo los hechos es que la gente, que suele pensar por su cuenta, deduzca una conclusión diferente a la que te gustaría. Por ejemplo, que Torra juega sus cartas tan bien (o mal) como puede, que Sánchez va al envite (rápido: la misma tarde), y que la partida es dura pero limpia.

Claro, eso no te sirve si de lo que se trata no es tanto de informar como de reforzar el juicio previo que estos diarios y sus intereses –propios o ajenos– ya se han hecho sobre lo que pasa. Si puedes decirle directamente a la gente qué debe pensar, a la vez que haces un juicio de intenciones sobre los líderes políticos que quieres cargarte... da igual. La patria peligra ¿no? Pues queda justificado tomar las interpretaciones como hechos y registrar el alma de los protagonistas para descubrir turbias intenciones que confirmen tus prejuicios.

De cola: Albert Rivera, Ciudadanos y todas sus pompas y obras han desaparecido de las portadas de la prensa de Madrid, a pesar de que han puesto en el campo de batalla piezas de artillería de grueso calibre, como ilegalizar los partidos indepes, aplicar un 155 perpetuo, eliminar el catalán (y el vasco y el gallego) de la función pública, y devolver todas las competencias en Enseñanza y Sanidad al gobierno central. Cuesta decirlo –nunca se sabe– pero no parece un buen augurio.

Tres perlas

Una. La portada de El Mundo anuncia que uno de sus columnistas escribe una pieza titulada "3-O: El día que el Rey se impuso a Rajoy para serenar el país". Como ya se ha comprobado que tenemos un barullo cada vez que el Rey viene a Catalunya, cuyos ciudadanos puntúan con un cero y algo a la misma monarquía (según el Centre d'Estudis d'Opinió), debe ser que Catalunya está descontada de ese país del que habla el columnista –y de la serenidad, claro. [El 3-O es el día que Felipe VI pronunció el discurso popularizado como "el del ¡A por ellos!" por si la fecha te despista].

Dos. Arturo Pérez Reverte presenta Sabotaje, su última cosa, y se queja en La Razón, en portada, de que "ahora todos los héroes son republicanos, animalistas y feministas", confirmando punto por punto todos los tópicos que circulan sobre él, tan bien retratados en esta humorada sensacional que hace tiempo publicó GQ.

Tres. Algunas portadas de los diarios franceses del martes con ocasión de la muerte de Charles Aznavour. ¿Quién no querría tener un entierro así en la primera página del diario de su ciudad?

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