Ni renunciará al derecho a la autodeterminación, ni renunciará al diálogo. El president de la Generalitat, Quim Torra, quiso dejar claro a su homólogo español, Pedro Sánchez, en el encuentro de ayer que "el derecho a la autodeterminación se lo ha ganado el pueblo y yo no renunciaré" y que, además, "no hay ninguna otra solución que no pase" por aquí porque "los únicos que pueden renunciar son la gente que se lo ganó".

Así lo ha explicado en una entrevista en El matí de Catalunya Ràdio, donde ha subrayado que "el 90% de la reunión hablamos de la autodeterminación", así como que "ayer era importante marcar las grandes líneas después de meses sin sentarse con el Estado". Precisamente en este sentido, el president ha sido muy claro y ha asegurado que "ahora no esperamos gestos, esperamos decisiones firmes".

Y no solo eso. Ante la constante ofensiva judicial contra el proceso, Torra también quiso hacer saber en Sánchez que "tengo 55 años, que mis hijos son muy mayores y que yo no tengo nada que perder". Pero el diálogo tampoco lo perderá. Precisamente por eso, ha enviado un mensaje claro a aquellos que han criticado que se reuniera con el presidente español y les ha querido hacer saber que si desde el primer día en los discursos de investidura reclamamos diálogo, cuando tengo por fin la oportunidad, no me podía negar.

A Sánchez le habló de autodeterminación, pero también le quiso hacer entender para que "reflexionara" sobre cómo aparece el independentismo; por ejemplo, "cómo te deshumanizan los medios, cómo llegan a presentarte a ti y a tu familia...".

Aparte de eso, sin embargo, también quiso hacer entender a Sánchez que "el presidente del Gobierno de España es un presidente electo y el rey de España no", y le recordó que el 60% puntúa al Monarca con un cero, motivo por el cual ha subrayado que, según su opinión, "no solo es una figura en cuestión, sino que prácticamente ha desaparecido de la vida social y civil del país, al menos a mi entender".

Justamente con estos argumentos bajo el brazo, Torra animó Sánchez a "republicanizar" España, pero el presidente español no "respondió" y aprovechó, más tarde, para "alertarlo" sobre la reputación de la justicia española fuera del Estado, sobre todo porque ninguno de los exiliados será extraditado y con ellos se puede abrazar fuera de España, pero no puede hacer lo mismo con los presos políticos, que la justicia española mantiene en prisión preventiva desde hace meses.

Al acabar el encuentro, Torra llamó al president en el exilio, Carles Puigdemont, para "explicarle qué expectativas se abren y lo expectantes que estamos".