La pareja detenida en Lanjarón, en la Alpujarra de Granada, cometió un error que ha permitido a la policía llegar hasta su escondite y poder relacionarlos con el intento de asesinato que sufrió, tras ser disparado en la cara, el exdiputado del Partido Popular y fundador de Vox Alejo Vidal-Quadras el pasado 9 de noviembre en Madrid, en pleno día, en el céntrico barrio de Salamanca.

En el municipio donde vivían no eran conocidos, hacía poco que residían en él y la vivienda en la que se encontraban servía de piso franco, solo para, presuntamente, esconderse después de haber orquestado el plan y haber contratado a un sicario para asesinar al político catalán. Pero nada fue como se esperaban y el error —dejar el coche de alquiler que utilizaron para hacer vigilancias en Madrid mal aparcado en un solar que debía vaciarse para instalar una feria agroalimentaria— hizo saltar las alarmas.

Del coche al cerebro en España

La policía local no sabía de quién era el coche que estaba allí aparcado. Antes de retirarlo, intentaron localizar al propietario y evitar así el trámite de la grúa, pero ningún vecino sabía de quién podía ser aquel vehículo. Con las placas, los agentes de la policía de Lanjarón llegaron hasta una empresa de alquiler de vehículos de Málaga, que, a su vez, hizo saltar las alarmas de la Policía Nacional, que tenían una petición de seguimiento y vigilancia del coche, si era descubierto, por la posible relación con el intento de asesinato de Alejo Vidal-Quadras.

 

El círculo de los investigadores de la Comisaría General de Información de la policía española se fue cerrando, hasta que pudieron detener a la persona que había alquilado el coche, un hombre de nacionalidad española de origen extranjero, con vínculos chiíes, una rama musulmana, la más fuerte en Irán, a la que apuntan las sospechas de la policía y del propio Alejo Vidal-Quadras, quien, después del ataque, ya señaló en esta dirección a los investigadores que asumieron el caso, bajo la batuta de la Audiencia Nacional, al tratarse —según las sospechas— de un ataque terrorista con implicación de agentes externos.

Conexiones internacionales del detenido

La policía sospecha que el detenido en Lanjarón, uno de los tres arrestados este martes, es quién contrató a los sicarios para llevar a cabo la ejecución de Vidal-Quadras, pero que lo hizo a sueldo de otras personas. Su religión, que lo vincula con Teherán, es un paso más en la investigación, pero los especialistas de la lucha antiterrorista necesitan avanzar más para poder completar el puzzle y saber quién ordenó asesinar, y por qué motivo, al político catalán en Madrid. Se cree que el arrestado es el cerebro en España, pero que recibió el encargo de diseñar el ataque —él mismo participó en las vigilancias y la logística del ataque— y contrató a la persona que abrió fuego.

A primera hora de la mañana fue arrestado y hasta bien entrada la noche duró el registro que los agentes de Información hicieron en su casa y también en el vehículo mal aparcado que fue clave para poder relacionarlo con los hechos, a pesar de no ser el autor material. Si recibió pagos desde el extranjero para financiar el atentado, los especialistas de la policía esperan poder llegar a descubrirlo. El otro detenido, en Málaga, está relacionado con la motocicleta utilizada para escapar después del ataque.

El pistolero, fugado de España

Falta una cuarta persona que la Policía Nacional todavía está buscando. Se trata de un hombre de origen tunecino vinculado al crimen organizado que fue contratado, presuntamente, por el detenido en Granada, para disparar contra Alejo Vidal-Quadras y que ahora, según las investigaciones policiales, podría haber escapado ya y haber viajado hacia el sur, a la zona del Magreb, a Marruecos o a Mauritania.

Las fuentes consultadas destacan que la operación policial sigue abierta y que está previsto que los detenidos pasen este jueves a disposición del juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge, que asumió la investigación por el tiroteo al considerarlo como un delito de terrorismo, ante la posibilidad de que la responsabilidad fuera de una organización vinculada al régimen iraní.