Fue el pasado martes 12 de septiembre cuando los partidos del Consell mallorquín escenificaron una especie de simulacro de aquello que pretenden que sea la nueva fiesta nacional oficial de la isla, aunque no engañaron a nadie: se trataba (y se trata) de un torpe intento del PP y Vox para descatalanizar la Diada de Mallorca. Tradicionalmente (oficialmente, desde el 2016), la Diada se ha celebrado el 31 de diciembre para conmemorar la entrada de Jaume I en Madina Mayurqa (el nombre árabe de Palma) el último día del año 1229 —la fecha fundacional de lo que hoy se entiende como pueblo mallorquín. Ahora, sin embargo, el españolismo ha decidido cambiarla.

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Poco más de un mes después de las elecciones del 28-M y con la agenda anticatalanista bajo el brazo, el PP y Vox anunciaron desde el Consell de Mallorca que la Diada pasaría a celebrarse oficialmente el 12 de septiembre y no el 31 de diciembre. Si el día 31 de diciembre se conmemora la fundación del pueblo mallorquín con la entrada del catolicismo y la catalanidad en la isla, el 12 de septiembre es para conmemorar el nacimiento de la Corona de Mallorca el año 1276 con el pergamino original de la misma fecha que confirma las libertades del reino mallorquín por Jaume II. En resumen, que el cambio descatalaniza la Diada.

La Diada de Mallorca: del 31-D al 12-S

Lo que han hecho el PP y Vox no es nuevo: Maria Antònia Munar, de Unió Mallorquina (UM) y encarcelada por corrupción, ya instauró el 12 de septiembre como fecha oficial de la fiesta nacional el año 1997. Fue el año 2016 cuando el Pacte de izquierdas (PSIB, Més y Podemos) consiguió que la Diada se celebrara el 31 de diciembre. El actual líder de Més, Lluís Apesteguia, presidió la Comisión Especial sobre la Diada y recientemente ha explicado en Twitter que se hizo una "tarea intensa" antes de proponer la fecha. "La participación ciudadana y de entidades fue abrumadora a favor del 31 de diciembre", añade. De hecho, un 90% de los historiadores entrevistados votaron por este día.

Es decir, que el cambio del PP y Vox es "sectario, oscuro y antihistórico", como reprocha Apesteguia. Y así se demostró el martes pasado, cuándo en el simulacro de Diada no asistió nadie de la oposición. Ante la ausencia, el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, acusó a sus adversarios de "politizar" la fecha. Pero la realidad es que todavía no se ha justificado metodológicamente por qué se ha recuperado el 12 de septiembre, una fecha que no cuenta con apoyo popular —de la misma manera que el 1 de marzo tampoco tiene arraigo como Diada de las Balears, reducida a una simple celebración institucional.

Históricamente, lo que se ha celebrado es el 31 de diciembre. Así lo recuerda el líder de Més, que apunta que los vitrales de la sala de plenos de la antigua Diputación de Balears y actual Consell de Mallorca rememoran esta fecha. "Es la fecha en que el pueblo mallorquín se ha celebrado a sí mismo durante siglos (al menos desde 1286, en el que Ramon Muntaner asegura ya haberla presenciado). Así, tiene el título de ser la fiesta cívica más antigua de Europa", añade. Además, es una fiesta que no es exclusivamente catalanista: tomó fuerza después de 1715 y el franquismo la exaltó, por ejemplo. Por suerte o por desgracia, es transversal.

Ahora bien, tal vez el PP y Vox no son los únicos culpables en este asunto. El escritor, divulgador y profesor mallorquín Antoni Janer ha revelado en Twitter que cuando el año 1997 se instauró el 12 de septiembre no fue cosa de Munar: fueron Damià Ferrà-Ponç (PSOE) y Eberhard Grosske (Izquierda Unida) los que no aceptaban el 31 de diciembre porque decían que era un genocidio. Entonces, batallaron a hasta las últimas consecuencias y UM se apropió de la nueva Diada "como una manifestación de reivindicación de la identidad mallorquina". "Ahora, el matrimonio PP-Vox han convertido el 12-S en un acto anticatalanista", lamenta Janer, cómo lamentan muchos otros historiadores.