La víspera de que se conozca la clasificación de los presos políticos y después de dos meses de silencio, hoy han saltado todas las alarmas cuando se ha empezado a hablar de segundo grado y no de tercer grado para los condenados que están en la prisión y que les permitiría salir durante el día para ir a trabajar.

ERC, que controla las prisiones catalanas y que es quien determina la clasificación, espera un segundo grado. Pero los abogados del resto de presos creen que se puede otorgar el tercero. Así lo ha dicho ya Jordi Pina y ahora también, y en declaraciones a ElNacional.cat, Laura Masvidal, la mujer de Joaquim Forn.

Masvidal está convencida de que a todos los presos les corresponde el tercer grado: "Me he leído la ley y es obvia. Pero estamos hablando de unos presos políticos y no es una ley para presos políticos".

"No entiendo que presupongan lo que decidirá la junta de tratamiento. Si son profesionales, tendrían que dictar el tercer grado. Aquí detrás hay política, es lo que intuyo, pero no lo entiendo", ha dicho Masvidal a ElNacional.cat. Y es que la pareja de Forn no entiende por qué ERC sale "a explicar el segundo grado en vez de exigir el tercero. Sólo se entiende porque hay un trasfondo político".

Laura Masvidal ha mostrado su preocupación en el ámbito familiar y por la reinserción. Sobre el debate de hoy dice que "le genera mucha incomodidad", porque el tercer grado "permite a los presos dibujar su futuro". El caso de clasificar a los presos en el tercer grado, les permitiría salir a trabajar. "Quim es joven y tiene muchos años por delante. Tiene proyectos en la cabeza y tiene el derecho de buscar una salida profesional. Y no es lo mismo hacerlo mañana que de aquí a unos meses o un año", explica.

Según la pareja de Joaquim Forn, ahora no es el momento de un debate sobre lo que considera un derecho de los presos, sino que "el tema tendría que ser la amnistía".