Ha sido uno no a todo. Jorge Fernanández Díaz no tenía ni idea de la Operación Kitchen. Así lo ha reiterado, una vez y otra, en la comisión de investigación del Congreso que justamente investiga el operativo parapolicial para espiar a Luis Bárcenas y destruir documentación comprometedora para el Partido Popular. Tanto que incluso el exministro del Interior, y por lo tanto exmáximo responsable de la policía española, se las ha tenido con algunos portavoces parlamentarios. Y ha cuestionado la instrucción del magistrado de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, que es quien le ha imputado. Le han recordado la larga instrucción y ha saltado exaltado: ¿"Y qué? ¿Es palabra de Dios? Por favor, por favor...".

Esta ha sido justamente la tónica de la comparecencia del exministro ante la comisión del Congreso, que ha ido de menos a más y ha estado repleta de referencias religiosas. Ya desde el principio, el exdirigente popular ha querido negar rotundamente haber dado ninguna orden "a nadie" para poner en marcha este operativo. "Ni al señor Martínez ni a nadie", ha remachado, en referencia a su exnúmero dos, el exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. No tuvo conocimiento en ningún momento, "ni lo habría tolerado nunca". También ha desvinculado a la cúpula del partido: "A mí ni el presidente del gobierno (Rajoy) ni la secretaria general del partido (Cospedal) me hicieron ninguna referencia a casos de corrupción que estuvieran afectando al PP".

De hecho, Fernández Díaz ha vuelto a negar los mensajes de móvil de Francisco Martínez, que justamente han sido clave para su imputación en la causa judicial. Ha sido especialmente duro con su exnúmero dos en el Ministerio. Cuando le han preguntado una primera vez si se ha sentido "traicionado" por Martínez, ha preferido responder que se ha sentido "profundamente decepcionado". Pero más tarde se ha extendido: "Somos humanos y hay cosas que hacen daño. La traición es dolorosa cuando viene de una persona en quien has confiado plenamente".

Ahora bien, tampoco ha negado la existencia del operativo. Simplemente que él no tuvo nada que ver. "Si esta operación se hizo, se hizo sin mi consentimiento. Nadie me habló de esta operación", ha insistido. En varios momentos de la comparecencia también ha recordado que, bajo su responsabilidad había más de 200.000 policías, y que él sólo trataba con el director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional, Eugenio Pino, pero no con el resto de escalas de la jerarquía.

La conversación con De Alfonso

Durante la comparecencia, el exministro del Interior sí que ha admitido que se grabó, por parte de Eugenio Pino, la polémica conversa que mantuvo en el 2014 con Daniel de Alfonso, entonces director de la Oficina Antifrau de Catalunya. Pero se grabó, "no con intención malévola, sino operativa". En este sentido, Jorge Fernández Díaz ha vuelto a denunciar que la grabación fue publicada después de ser manipulada. Y, como ha asegurado en anteriores ocasiones, se ha ratificado que no decía "la fiscalía te lo afina", sino, en fin, te hago una gestión". También ha desmentido que se felicitara con un "les hemos destrozado el sistema sanitario", sino que tenía que ver con un caso de corrupción en el Institut Català de la Salut (ICS).

 

Ha habido otros momentos de tensión, como el protagonizado con la diputada cupero Mireia Vehí, que le ha espetado que "es un personaje vil" y que "su sentido de la patria es una patria de las cloacas y la corrupción". El exministro le ha respondido: "Su modelo de patria ya lo conozco bien, porque vivo allí. Y en serio no lo comparto. Pero no haré nada ilegal para ir en contra".

No despachaba con Villarejo

Finalmente, también ha negado haber despachado nunca con el excomisario José Manuel Villarejo. Fernández Díaz ha afirmado que fue Juan Cotino, exdirector del CNP, quien le habló de Villarejo, y que envió a Francisco Martínez a hablar con él. "Con Villarejo sólo crucé dos palabras en cinco años como ministros. Gracias a Dios", ha concluido el exdirigente conservador.