El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, abrió este miércoles la caja de los truenos en el Congreso con Partido Popular y PSOE, cuando dio por roto el pacto con Mariano Rajoy para darle apoyo en la aplicación del artículo 155, después de semanas denunciando la presunta "laxitud" del dirigente español con Catalunya. La polémica ha seguido creyendo este jueves, cuando el dirigente de la formación naranja ha propuesto en una entrevista en Telecinco mantener la intervención de la Generalitat, si el nuevo Govern no expresa explícitamente el acatamiento a la legalidad constitucional.

Desde de ERC, el dirigente Joan Tardà ha asegurado que era un "fanático". "Cada vez se parece más a José Antonio Primo de Rivera. Si este tiene que ser una aspirante a comandar el Gobierno de España algún día, pobres españoles y pobres catalanes," ha lamentado desde el Congreso.

En la misma línea ha cargado el diputado del PDeCAT, Carles Campuzano. "Rivera es un problema para España, no para Catalunya, en la medida en que su discurso refuerza una idea autoritaria y represiva más propia de un país como Turquía que un país adelantado," ha denunciado.

La cuestión es que el dirigente de la formación naranja también ha conseguido indignar al Ejecutivo, pero desde la vertiente de no mantener su apoyo. "Siempre hemos defendido que cualquier modificación tiene que nacer de un consenso muy amplio y basarse en circunstancias concretas, objetivas y de presente" ha dicho la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, sobre que Rivera se quisiera desmarcar del pacto. Por eso, le ha pedido "lealtad" al Ejecutivo.

Precisamente, para aligerar esta tensión con la formación naranja, Mariano Rajoy ha intentado rebajar la tensión en su entrevista en Antena 3. Ha dicho que la palabra aprovechategui le vino a la cabeza en aquel momento y no sabía que era vasca. En segundo lugar, ha recordado que mantienen un acuerdo de investidura, aunque Rivera dio por roto el pacto del 155. "Seguiremos trabajando juntos en la defensa de la unidad de España", ha añadido. En segundo lugar, ha rebajado el tono y ha expuesto que su "máximo enemigo" era Podemos, y no la formación naranja, con quien compite por el espacio de derecha.

El mismo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le ha advertido al catalán, desde Soria, que España "no necesita ni aprovechateguis ni amarrateguis", sino "sentido común" y "unidad" entre las fuerzas que defienden la Constitución. "Hay que ser de fiar", le ha recomendado a Rivera.