Los portavoces de ERC y el PDeCAT en el Congreso coinciden en el hecho de no compartir la acción de los CDR: mientras Carles Campuzano afirma que Catalunya "no necesita revoluciones en la calle", Joan Tardà reconoce que a título particular no cree que sean "deseables". Así las cosas, Tardà acusa que hay una "campaña propagandística", según la cual "se estaría banalizando la violencia", cuando se equipara la kale borroka a las "protestas" de los Comités de Defensa de la República.

"Estamos sufriendo una campaña propagandística, que se queda corta si la comparamos con otras campañas nefastas de gobiernos de regímenes totalitarios. Querer banalizar la violencia, cuando se han limitado a ejercer protestas...No digo que sean deseables, pero equipararlos a la kale borroka o a mandos violentos, es un sinsentido. Es ridículo", ha lamentado Tardà. Las declaraciones llegan el día después de que la fiscalía de la Audiencia Nacional haya abierto diligencias para estudiar posible delito de rebelión en las actividades de los CDR

Así las cosas, el dirigente republicano ha justificado su emergencia, apelando al pesar de determinados colectivos ciudadanos por la existencia de "cargos electos en el exilio, encarcelados, y otras personas en la prisión", ha afirmado sobre el Govern destituido y los líderes de Òmnium y ANC.

Campuzano también ha hecho notar ese malestar "de sectores importantes de la sociedad catalana", y ha apelado a la urgencia en la formación de un Govern que "recupere las instituciones" y levante la aplicación del artículo 155.