Cada vez faltan menos días para que los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya vuelvan a las urnas para escoger los gobiernos locales. El próximo 28 de mayo los pesos de las diferentes fuerzas políticas pueden cambiar, sin embargo, quede como quede el nuevo mapa que se configurará, lo que seguro que no lo hará es la reivindicación del municipalismo para que se tenga más en cuenta su voz. Exactamente, eso es lo que defiende desde hace años la Associació Catalana de Municipis, que aglutina toda la sensibilidad de los municipios y las entidades locales de nuestro país para defender intereses comunes más allá de los colores. Hablamos con su presidente, Lluís Soler, alcalde de Deltebre y quien ha capitaneado la entidad en el último mandato.

 

Este mandato se ha conseguido que se adhieran el 100% de municipios de Catalunya. ¿Qué supone eso?

La ACM se constituyó el año 1981 con un centenar de ayuntamientos y cuando pusimos en marcha este mandato municipal estábamos al 90%. En los últimos cuatro años hemos perseguido buscar la unanimidad de la fuerza del municipalismo y ya podemos decir que tenemos el 100%: de los 947 municipios del país, 947 son asociados a la Associació Catalana de Municipis, así como las cuatro diputaciones, los 40 consejos comarcales y el Consejo General del Arán. Por lo tanto, ahora tenemos una preeminencia en lo que sería la unidad del municipalismo con toda su pluralidad y gracia, pero, sobre todo, bajo un único paraguas de defensa de sus intereses.

Ahora hablaba de pluralidad. Y es que en Catalunya hay varios colores en los ayuntamientos. A veces, supongo que los intereses de cada partido o municipio son diferentes y que debe costar remar a la una.

Los colores pueden y tienen que dar su acento y sus matices. Pero la verdad es que el denominador común de los partidos que forman parte de la gobernanza municipal es muy amplio. Estos cuatro años, hemos buscado la unanimidad de los ayuntamientos del país con una prioridad muy clara, que es que el municipalismo, más allá de los matices y de los acentos, entiende de personas y que, por lo tanto, los ciudadanos y ciudadanas el que quieren es que la defensa de su ayuntamiento acabe siendo prioritaria. Por lo tanto, como decía, el color político es necesario, pero cuando pasas de la transformación del voto a la gestión, lo que tenemos que hacer es acompañar el municipalismo con el sombrero municipalista.

Este mapa de colores cambiará pronto. En mayo hay elecciones y, por lo tanto, los órganos de gobierno de la ACM también cambiarán.

Si, la ACM, igual que los ayuntamientos, se renueva y se constituye cada cuatro años, una vez ya se han constituido todos los órganos e instituciones supramunicipales. Una vez eso pase, se convocará la Asamblea General, donde por primera vez están convocados todos los entes locales del país. Allí se escogerá un alcalde o alcaldesa que será quien tendrá que capitanear en los próximos años la Associació.

¿Qué cree que puede pasar?

En mi función en la ACM no entra la de hacer predicciones políticas. Eso es trabajo de los ciudadanos y ciudadanas el próximo 28 de mayo.

Este mandato nació de un entendimiento entre el universo de Junts con ERC. ¿Cree que se podría repetir esta formula?

Bien, este mandato ha habido un acuerdo muy amplio con lo que sería la gobernanza de la Associació Catalana de Municipis. Ha habido un acuerdo de gobernanza entre el ámbito de Junts per Catalunya y el ámbito de Esquerra Republicana, y también con el Partido Socialista. También con miembros de la ejecutiva de los comunes y con un espacio que se le ofreció al principio del mandato a la CUP con respecto al Comité Ejecutivo. Y la valoración es muy positiva. Yo agradezco muchísimo a todos los miembros el trabajo en estos cuatro años sin precedentes, con una pandemia, una crisis de precios y una situación derivada del proceso de nuestro país y una crisis de las instituciones. Agradezco que todos hayamos priorizado siempre, como desde un inicio dijimos, la gobernanza plural, la gobernanza transversal, pero sobre todo aquella gobernanza que entiende de municipio, de personas y que no mete por delante las opciones políticas o los colores políticos.

¿Por lo tanto, podríamos volver a ver unas alianzas parecidas?

Será en función de cómo acaben las elecciones del próximo 28 de mayo. Todo es posible si tenemos un proyecto claro de cómo tenemos que seguir gobernando y cómo podemos seguir transformando los servicios del municipalismo desde la Associació. Es muy fácil que aquellos partidos con una gobernanza importante en todo el país puedan ponerse de acuerdo y antepongan los intereses del municipalismo en lugar de los intereses de su opción política, tal como ha imperado durante estos cuatro años.

Entrevista presidente ACM Lluis soler Branded / Foto: Carlos Baglietto
El presidente del ACM, Lluís Soler / Foto: Carlos Baglietto

¿Cuáles son las problemáticas con que más se encuentran los municipios?

La verdad es que hay muchísimas, pero este mandato, por ejemplo, hemos hecho una explosión importante con todo lo que son los nuevos acuerdos marco de productos y servicios. De los 947 ayuntamientos del país, en este momento hay 903 que están comprando a través de la Central de Compras de la Associació Catalana de Municipis. Tenemos más de 6.000 contrataciones de estos 903 ayuntamientos que compran a través de la Central y, aparte de los mismos ayuntamientos, si contamos también los consejos comarcales, diputaciones, entes dependientes y entidades municipales descentralizadas, nos encontramos con 1.437 entidades locales que la utilizan.

¿Por qué es tan útil esta Central de Compras para el municipalismo?

Porque da la posibilidad a los entes locales de comprar o contratar productos o servicios a través de la Associació Catalana de Municipis. Eso comporta varias cosas. Primero de todo, que todo el trámite de la contratación pública se hace de forma uniforme y homogénea a través del ACM y eso ahorra que ayuntamiento haga sus pliegos de condiciones, sus contrataciones públicas, sus periodos de exposición pública, sus adjudicaciones, etc. Por otra parte, la Central hace que los precios también acaben siendo mucho más competitivos. En definitiva, hace que desde el ayuntamiento mayor del país, Barcelona, hasta el ayuntamiento más pequeño, Gisclareny, tengan las mismas opciones económicas, mucho más competitivas que si lo hicieran ellos directamente.

Este mandato también habéis impulsado muchos acuerdos marco y habéis entrado en el ámbito de la consultoría o de la obra pública. Ofreced decenas de servicios a los municipios. Pero, aparte de eso, también actuáis como lobby de cara al gobierno, ¿verdad?

Sí, el hecho de salir de los colores políticos y tener este denominador común con un sombrero municipalista nos permite no decir a todo que sí. Y esta voz propia que defiende intereses comunes nos ha llevado a tener un papel activo en muchas cuestiones, como en la creación de la agenda rural del país, en los fondos europeos o la tramitación de muchísimas propuestas normativas. Esta tarea queda diluida, porque es un trabajo mucho de silencio y de negociación, pero estamos.

¿El Govern os escucha lo suficiente?

Bien, yo creo que la bilateralidad no tendría que ser una reclamación, sino una exquisita forma de actuar de los gobiernos. Cuando hablamos de bilateralidad en el ámbito municipal es una literalidad muy imprescindible porque somos los que tenemos el termómetro del día a día y es muy difícil que el gobierno o los gobiernos de las diferentes instituciones tomen las medidas sin tenernos en cuenta.

¿Y es así ahora mismo?

Ahora mismo no es así y no ha sido así. Es evidente que una cosa es hablar de voluntad y la otra cosa es una bilateralidad efectiva. Sí que se nos escucha, pero muchas veces se nos acababa informando de decisiones tomadas a posteriori, como con la pandemia. Ahora nos encontramos en esta línea con temas de país, como la sequía. Las instituciones siempre tienen claro que tienen que tener en cuenta el municipalismo, pero en la práctica cuesta mucho que eso sea efectivo.

Hablamos de la sequía. Criticasteis que no se os invitara a la cumbre, que no tuvierais voz. ¿Se está dando la espalda al municipalismo?

Lo que reclamamos es que acciones tiene que tomar todo el mundo y que tenemos que ser responsables al tomarlas. No se pueden dibujar unas acciones u otras en función de la proximidad a un periodo electoral. Por lo tanto, el que reclamamos nosotros, primero de todo, es bilateralidad efectiva, es decir, que todo aquello que afecte a los ayuntamientos se tenga que consultar, informar y decidir con los ayuntamientos. Y más allá de estar consensuadas con el municipalismo, también tienen que estar priorizadas. ¿Qué quiere decir eso? Que los ayuntamientos tenemos problemas en muchísimas cosas y, por lo tanto, el que no podemos es ir a penalizar y sancionar los ayuntamientos por déficits estructurales que nos comportan situaciones muy difíciles de gestionar.

La solución pasa por acompañar a los Ayuntamientos, no sancionarlos.

¿A qué se refiere?

Una de las acciones que en esta cumbre de partidos se fijaba como una propuesta en que era la primera en el ámbito del municipalismo, era crear un fondo para mejorar del rendimiento de las redes de agua potable 50 millones de euros. Eso es una verdadera vergüenza. Yo soy alcalde de Deltebre, un municipio donde tenemos un 70% de pérdidas de agua potable. La inversión necesaria para llegar a un rendimiento del 80% es 20 millones de euros. Si un municipio como Deltebre necesita 20 millones de euros, no puede ser que un fondo para todo Catalunya acabe siendo de 50 y que con eso sea una de las grandes acciones que tengamos el municipalismo.

Está muy bien que tengamos que tomar medidas. Pero todo el mundo tendría que ser responsable y tendríamos que mirar más allá de los periodos electorales y de los contextos de los partidos políticos. Y la única manera de tomar buenas medidas enfocadas tal como toca, es no penalizar aquel que hace un esfuerzo y poder decidirlas bilateralmente.

¿Para acabar, qué retos tendrá sobre la mesa la Associació Catalana de Municipis en el siguiente mandato?

La ACM tiene muchos retos, muchísimos, porque como más trabajas y más planificas, más reptas tenso. Yo creo que este mandato hemos sido un lobby del municipalismo, hemos sido un vector importante del país, un actor importante. Como Central de Compras estamos dando muchos servicios y podemos ampliarlos todavía muchísimo más; hemos abierto nuevas oficinas de trabajo para asistir a los ayuntamientos en temas muy especializados; hemos consolidado el ámbito jurídico; hemos creado la Fundación Municipalista e Impulso Territorial, que nos ha permitido arrancar todo lo que es una línea de colaboración en un espacio de sangre entre públicos y privados; y en el ámbito de formación prácticamente 22.000 personas han pasado durante estos cuatro años por las acciones formativas de la ACM.

Sobre la mesa, además de continuar en la línea de la coordinación de la voz municipalista de nuestro país, tenemos la preeminencia de toda la unidad del municipalismo catalán para ir todos en una misma línea de actuación. Por lo tanto, los retos de futuro de la Asociación Catalana de Municipios acaban siendo muchos, pero sobre todo que los municipios, los ayuntamientos, los consejos comarcales, el Consejo del Arán, las diputaciones y las entidades municipales descentralizadas sean servicios necesarios para continuar con esta cartera de servicios y de acompañamiento y de defender el municipalismo, que es nuestra razón de ser.