El soberanismo ha vuelto a las puertas del Tribunal Supremo para dar calor a la diputada de la CUP Mireia Boya, en la segunda tanda de declaraciones por la investigación a los dirigentes independentistas implicados en el referéndum y la DUI –pese a las tensiones por la investidura catalana. Una amplísima delegación de ERC, el PDeCAT, la CUP, diputados de En comú, En Marea, y el propio Albano Dante Fachin esperaba la declaración de la cupera, investigada por rebelión y presunta pertenencia a un comité estratégico del procés, pero que afirmó que no acataría la legalidad española y defendería el resultado del 1-O.

"No estás sola, ni un paso atrás" era el grito que coreaban los asistentes, a medida que Boya se acercaba a la puerta y se abrazaba emotivamente con los políticos que la recibían. La cupera levantaba el puño y se mostraba con coraje, a pesar de la posibilidad de que ingrese en el centro penitenciario.

Entre los diputados republicanos, estaba la mayor parte del grupo en el Congreso: el portavoz Joan Tardà, Gabriel Rufián, Esther Capella, Teresa Jordà y la senadora Mirella Cortès, además de representantes en el Parlament como Anna Caula y David Rodríguez. También el diputado de Demòcrates Antoni Castellà. La indignación era máxima y se había trasladado al pleno de la Cámara Baja, ya que el propio Rufián ha denunciado ante Mariano Rajoy que se marchaban a dar apoyo a Boya. "Ahora le dejo, que vamos a ver a la compañera Mireia antes de que la metan en la cárcel", había exclamado.

Ya a las puertas del tribunal, Tardà ha anunciado que había empezado "la macrocausa" del procés. "Hemos entrado en la segunda fase. Son presos políticos, rehenes del reino de España, democracia low cost", ha lamentado. Este ha sido especialmente duro cuando ha recordado dos frases que ha atribuido a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La primera, sobre "descabezar" al Govern independentista –con el 155–, y la segunda, "lo que tenemos que hacer es substituir a toda una generación de dirigentes", ha citado Tardà. Este ha asegurado que "no descarrilarían" y ha instado a la ciudadanía catalana a "no dejarse vencer por la voluntad de normalizar la represión" del Estado.

Así las cosas, el republicano también ha tenido palabras de crítica velada para la izquierda española, PSOE y Podemos. "Cualquier demócrata catalán y español se tiene que sentir interpelado por esta injusticia", ha afirmado. La cuestión es que parte de los reunidos ante el tribunal ya se habían encontrado este martes por la noche en un restaurante próximo al Congreso. El Nacional vio a Fachin, Rufián, Joan Capdevila, además de la diputada de En Marea, Alexandra Fernández, entre otros, saliendo sobre las 23 h del local gallego, con aire distendido.
 

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FOTO: PDeCAT

El resto de la comitiva, si embargo, se ha encontrado este miércoles. Por el lado lado de la CUP han desembarcado dos autocares con los diputados del Parlament Maria Sirvent, Natàlia Sànchez, Vidal Aragonés, los exdiputados Gabriela Serra y Albert Botran, la concejala de Barcelona Eulàlia Reguant y el concejal de Vic Joan Coma.

Desde Junts per Catalunya estaban las diputadas del Parlamento Anna Geli y Aurora Madaula, además de los representantes del PDeCAT en el Congreso: Sergi Miquel, Carles Campuzano y Míriam Nogueras. "Los procedimientos judiciales se están convirtiendo en una causa general contra la democracia en Catalunya. Hacemos un gesto de denuncia hacia una situación propiciada por el Gobierno con esas querellas. Hace falta una respuesta cívica", ha instado Campuzano. Miquel ha recordado que "el proceso no era de partidos, sino de país" y por eso estarían ante el Supremo cuando Marta Rovira y Marta Pascal asistieran, ya que están citadas la próxima semana. "Hemos visto la peor cara del Estado", ha zanjado.