Dos de las fuerzas soberanistas en el Ayuntamiento de Barcelona, ​​ERC y la CUP, acusan explícitamente al gobierno municipal de Ada Colau de ceder a las presiones de los ultras después de retirar el lazo amarillo de la fachada del Ayuntamiento durante la concentración españolista de ayer al mediodía que acabó con disturbios y con un agente de la Guardia Urbana herido. Menos contundente ha sido el grupo municipal del PDeCAT que reclama explicaciones sobre "en qué circunstancias se procedió a retirar el lazo amarillo del balcón".

El concejal de ERC Jordi Coronas ha dicho que es un ataque "grave a la institución" y que "en ningún momento" se ha de retirar el lazo amarillo del consistorio: "El Ayuntamiento debe dar una imagen de firmeza, de no ceder a la intolerancia y a los ataques ultras o fascistas". Es por ello que, junto con el PDeCAT, pidió una junta de portavoces extraordinaria. Para Coronas es importante que ante las actitudes fascistas, el Ayuntamiento "no se haga atrás".

Desde la CUP, Eulalia Reguant ha denunciado que en las últimas semanas "el fascismo está actuando de manera impune" en la ciudad de Barcelona y ha puesto en duda el operativo policial desplegado en la plaza Sant Jaume: "El de un día normal, y había personajes como el portavoz de Democracia Nacional", dijo Reguant. "La nueva versión de los UPAS —los cuerpos antidisturbios de la Guardia Urbana—, ¿dónde estaba?", se ha preguntado y ha denunciado que este cuerpo policial estuviera presente en una concentración de personas migradas y no en una manifestación de "la extrema derecha".

El PDeCAT también se ha cuestionado el dispositivo policial y, en este sentido, el concejal Jaume Ciurana ha preguntado cuál era "el operativo previsto de protección del edificio consistorial por parte de la Guardia Urbana" y recordó que Ada Colau es "por su deseo", la máxima responsable de seguridad del gobierno municipal.

Pisarello tira balones fuera sobre el dispositivo policial

Ante el cuestionamiento del dispositivo policial, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha lanzado el balón a la Generalitat: "Este tipo de concentraciones se comunican a Interior y desde Mossos no recibimos ningún tipo de aviso sobre la peligrosidad de la manifestación". A pesar de ello explicó que ante los disturbios, la Guardia Urbana "cerró puertas" y "protegió la entrada al Ayuntamiento".

Pisarello explicó que se han abierto diligencias para "aclarar" los hechos y que quiere ser "prudente" antes de manifestarse sobre la agresión. Fuentes municipales apuntan a que se identificó a una persona.

"Sólo fueron 10 minutos"

Por su parte, el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello ha insistido en que el lazo sólo estuvo 10 minutos descolgado de la fachada del Ayuntamiento y lo ha situado en un contexto muy específico. Según explicó, el personal técnico estaba restituyendo el lazo en el momento de la concentración porque había quedado dañado por el viento: "Esto generó disturbios y tensión y el personal técnico entendió que para rebajar la tensión era mejor retirarlo. Se restituyó inmediatamente después", dijo.

Pisarello ha insistido en que se trató de un momento "específico de confusión" y que lo más importante "es que el lazo es allí para quedarse". El primer teniente de alcalde también ha justificado que se repartieran toallas españolas en la playa. "Que todo el mundo lleve las toallas que quiera respetando al resto", ha dicho y ha hecho un llamamiento a "la autocontención" para que todos puedan expresarse como quieran.