El silencio de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ante la citación del coordinador del Pacte Nacional pel Referèndum, Joan Ignasi Elena, que ayer tuvo que ir a declarar al cuartel de la Guardia Civil ha provocado enfado entre los miembros del Pacte Nacional.

Elena estuvo declarando durante una hora ante dos guardias civiles vestidos de paisano que le pidieron información sobre el Pacte. A diferencia del director de comunicación del Govern, Jaume Clotet, que declaró antes que él, Elena no fue imputado al acabar la declaración.

La citación del coordinador del Pacte Nacional y del resto de altos cargos del Govern que están siendo citados han provocado una avalancha de reacciones públicas, especialmente desde que el Tribunal Superior de Justícia dejó claro que no habían pedido estas intervenciones policiales y que la Guardia Civil actuaba por su cuenta dentro de la causa abierta por las declaraciones del exjuez Santi Vidal.

A pesar de la polémica desatada, la alcaldesa, habitualmente muy activa a través del Twitter, no ha expresado ninguna opinión al respecto ni ha publicado ningún tipo de reacción.

Esta situación no ha pasado desapercibida entre los socios del Pacte y ha provocado irritación y preocupación en sectores que recuerdan que la alcaldesa presidía la reunión de esta mesa junto con el president, Carles Puigdemont, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, cuando se constituyó y que precisamente, para garantizar su presencia y la del espacio de los Comuns, el Pacte Nacional circunscribió sus trabajos a la consecución de un referéndum pactado.