El president en el exilio, Carles Puigdemont, ha comparecido desde la delegación del Govern de la Generalitat en Bruselas acompañado de los consellers Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret para hacer un llamamiento a la movilización contra una sentencia que "abre un nuevo tiempo en que el ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales será restringido". "La opción legítima de la independencia será perseguida por cualquier vía bajo la sospecha de sedición o de rebelión", ha advertido.

Con estos argumentos, Puigdemont ha apelado tanto a los independentistas como a los "no independentistas que por encima de todo aman la libertad y la democracia" a unirse bajo un mismo clamor para decir "¡basta!". "No hay operaciones de propaganda que puedan tapar tanta vergüenza", ha sentenciado.

"Transformemos la indignación ante la injusticia en la energía positiva que derriba paredes, que detiene regímenes autoritarios, que ilumina los caminos oscuros y tenebrosos que impuso el rey de España en su inefable discurso del 3 de octubre de 2017 y que ampara los abusos y las arbitrariedades que se han cometido desde entonces", ha reclamado.

Puigdemont ha insistido en que hay muchas maneras muy democráticas y no violentas de demostrar la capacidad de resistencia del independentismo. "Hoy toca movilizarnos sin desfallecer y sin miedo", ha reclamado el president que ha asegurado que el Estado tiene que saber que el independentismo no aceptará la receta basada en la represión, encarcelamiento y condena.

La sentencia del TC contra los miembros del Govern y las instituciones condena, en opinión de Puigdemont, a los más de dos millones de personas que votaron el 1-O y demuestran la estrategia de venganza del Estado, por lo cual ha advertido que las condenas injustas y inhumanas contra los líderes del procés no harán que el independentismo se aparte de sus convicciones en el sentido que el con respecto a las mayorías es la mejor manera de unir y cohesionar una sociedad.

Puigdemont ha acusado a España de un abuso y arbitrariedad impropias de un Estado de derecho, que ha impedido a los líderes políticos encarcelados y al exilio asumir sus escaños en el Congreso, el Senado y el Parlamento, así como al Parlamento Europeo y el Ayuntamiento de Barcelona. "Hace falta tomar nota y denunciarlo al mundo", ha advertido.

Con todo, el president también ha advertido que la Europa que calla delante de las atrocidades contra el pueblo kurdo es la misma Europa que "calló cobardemente cuando la policía de un estado miembro agredió con una violencia aterradora un pueblo que había salido a votar".

"Hagámoslo nosotros, y tenemos muchas maneras de hacerlo en el marco de la lucha no violenta y la defensa de los derechos civiles. Apoderémonos, juntémonos, tomemos la iniciativa y mantengámonos firmes. Ahora ya sabemos que el Estado no dialoga, ni hace justicia, volvamos a demostrar al mundo que hay una vía catalana que refuerza todo aquello que es amenazado por el autoritarismo", ha reclamado.

El president, que ha pronunciado la declaración también en francés e inglés, ha cerrado su parlamento con uno "visca la república catalana!".