A la espera de la sentencia del juicio del procés, todo son especulaciones sobre cuándo se hará pública, de qué manera, si será ejemplar y como estará motivada. La contundente sentencia que esperan todas las partes no tiene fecha. De hecho, no está acabada, aunque las quinielas para acertar la fecha no cesan.

La sentencia se conocerá en una audiencia pública que se anunciará con bastante tiempo como para que no coja a nadie por sorpresa.

La fecha, según los pronósticos de algunos abogados, juristas y asesores, giraría en torno a los primeros quince días del mes de octubre. Pero la incertidumbre sobre la investidura de Pedro Sánchez y unas eventuales nuevas elecciones en el Congreso podrían retrasar la vista. Manuel Marchena no quiere arriesgar nada. Y un nuevo asalto electoral podría hacer retrasar la sentencia hasta diciembre según algunas fuentes judiciales. Pero de momento no hay nada en firme. Todo son especulaciones.

Tampoco está claro que los presos tengan que ir a Madrid para oír el pronunciamiento judicial. Se espera una condena con años de prisión, y ellos ya están en preventiva desde hace dos años. Por lo tanto, lo más probable es que para escuchar la parte final de la sentencia, donde se determinan las penas, se convoque una vista pública donde asistan los abogados.

Las vistas para comunicar la sentencia con los procesados se acostumbran a hacer en el caso de condena de acusados que están en libertad. Por eso, habrá que ver, y será una señal, si el Tribunal Supremo cita para la lectura de la sentencia a los procesados que están en libertad, Carles Mundó, Meritxell Borràs y Santi Vila. Sería una mala señal para ellos que vaticinaría una condena de prisión que necesitaría una vista posterior a la lectura de la sentencia. Al resto de procesados que están en prisión se les comunicaría la sentencia en el centro mismo vía un secretario judicial. Como se hace en la mayoría de los casos.

Se esperan penan altas. Nadie piensa en una absolución. Penas ejemplares que eviten un nuevo impulso del procés o del Govern de Catalunya por romper la unidad de España.

Al final del juicio la Fiscalía mantuvo las penas. Penas altas de prisión: 25 años de prisión para Oriol Junqueras y 17 para Carme Forcadell y Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. 16 años para Jordi Turull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Dolors Bassa, Josep Rull y 7 años para Meritxell Borràs, Carles Mundó y Santi Vila.

Lo que sí que está claro es que, una vez salga la sentencia, empieza un nuevo tiempo de trámites judiciales que se puede alargar hasta 4 años.

Los abogados tendrán entre uno y dos meses para realizar enmiendas en el texto si hay errores. Y una vez enmendado empezará el plazo para presentar recursos. Como la sentencia la dicta el Tribunal Supremo, no hay recurso posible en esta instancia. Se tendrá que recurrir al Tribunal Constitucional que puede tardar entre 3 y 4 años en resolver. Y hasta que eso no pase no se puede hablar de indultos.

El indulto parcial

De hecho, ahora mismo, los únicos que hablan son la opinión pública y los opinadores. Porque no parece un tema de debate entre los procesados y sus abogados a estas alturas del procés.

Además, los indultos, los pueden pedir los mismos condenados o bien personas externas. En todos los casos, sin embargo, tendrán que reconocer el delito. El solo hecho de aceptarlo, de hecho, ya hace que el preso lo reconozca.

Y los indultos pueden ser de diferentes tipologías según el condenado, los delitos y las penas. El Gobierno podría indultar parcialmente a los condenados.

Eso quiere decir que no tienen porque indultar los 25 años de prisión que le pueden caer, por ejemplo, a Oriol Junqueras. Sino que pueden ser parciales. Pueden indultar la mitad de las penas, algunos delitos en concreto o la inhabilitación para ejercer los cargos políticos. Dependerá de cada caso y cada situación.

El indulto no será inmediato. Hay que agotar todas las vías legales antes de pedirlo. Eso juega, en parte, a favor de los procesados, ya que según los expertos, ahora mismo a ningún gobierno, fuera del color que fuera, le interesaría indultar a los presos del procés independentista catalán y contradecir al poder judicial español.

Sentencia histórica

La sentencia que se dicte, sea cuál sea, será histórica.

Primero por el caso en sí mismo. Por los procesados, todos ellos cargos políticos de un gobierno y la presidenta de un Parlamento, y los líderes de la sociedad civil organizada.

Será histórica por como la motivan los jueces. Por como motivan la violencia, la malversación y la competencia del Tribunal Supremo para juzgar el caso. Se mirará todo con lupa.

Y como es una sentencia histórica por su contexto político todos los jueces querrán dejar su huella. La decisión final se tomará por unanimidad. Eso parece que ha quedado claro entre los siete magistrados de la Sala Segunda. Y cada uno de ellos querrá tener su espacio para la historia motivando las posibles condenas y los delitos.

El curso político empieza como acabó. Sin gobierno en el estado español y pendiente de una sentencia. La pregunta es: ¿qué será primero?