Diferentes ideologías, diferentes visiones y versiones. La sentencia por el 9-N se ha percibido de manera diferente en todo el mundo, aunque, sin embargo, mientras periodistas y cargos políticos internacionales cargaron contra la resolución, la prensa estatal ha recibido la noticia de una manera muy diferente.

Los diez y nueve años de inhabilitación que pedía la fiscalía respectivamente para Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau convertidos en un máximo de dos, no han satisfecho a todo el mundo. Gran parte de la prensa estatal considera la condena "baja", "benévola", "generosa" y "escasa" y se lamentan de que, al final, haber puesto las urnas haya quedado en "una condena testimonial".

La fortaleza del Estado

La Razón titula su editorial precisamente así: "Una condena benévola que aparta Mas" y considera que "hay" que reconocer que las condenas recibidas tienen una fuerte carga simbólica", pero subraya que la sentencia es "escasa" teniendo presente, siempre según el medio citado, que Mas es "un político que no sólo cometió un delito de desobediencia a una resolución judicial cuando ejercía como representante ordinario del Estado en Catalunya, sino que ha impulsado un proceso que constituye un ataque frontal a la Constitución y principio de soberanía nacional".

La condena por los exaltos cargos de la Generalitat es para este diario "la demostración palpable de que la justicia funciona para todos y que las resoluciones judiciales están hechas para cumplirse" y asegura que la sentencia "no admite excusas" a la hora de tipificar la conducta de Mas, Ortega y Rigau. Justamente por eso, recomiendan al expresident no recurra la sentencia antes de que el Supremo haga pública la del portavoz del PDeCAT en el Congreso, Francesc Homs, y que Mas que "asuma sus fracasos y se retire definitivamente de la política".

Y no sólo eso. El rotativo se permite el lujo de vaticinar elecciones anticipadas a Catalunya en septiembre -no contempla el referéndum- y aprovecha para aplaudir al Gobierno de Mariano Rajoy para "estar demostrando la fortaleza del Estado ante el desafío independentista".

Leyendas secesionistas

"Contra las leyendas secesionistas, el TSJC no se ha demorado para esperar la sentencia del Supremo". Así empieza la editorial de El País, que pronostica que la sentencia a Homs "se prevé más dura porque dejó más rastros de su desobediencia", así como que "los efectos políticos de la resolución serán notorios". Y lo prevé así porque el rechazo del tribunal al delito de prevaricación supone "una mayor ponderación de la que le atribuyen los secesionistas".

Igual que La Razón, este diario también augura elecciones autonómicas, donde Mas no podrá estar presente, pero aseguran que eso "no rompe su carrera política porque ya estaba seriamente perjudicada por los casos de corrupción". Las reacciones de los favorables al proceso son, además, "catastrofistas después de verificar que el Estado no se resigna al cliché de tigre de papel que le atribuían".

Para combatirlo, el medio citado emplaza al gobierno español a "ser capaz, en medio del desierto, de lanzar alguna iniciativa de calado" tanto para "cerrar políticamente la herida jurídica que acaba de encajar la élite nacionalista catalana" como, también, "para poner encima de la mesa toda su capacidad de influencia que disuada al gobierno de Carles Puigdemont de dar nuevos pasos en falso".

La mente del rival

El ABC, que saca en portada en página completa la cara del expresident de la Generalitat con una estelada de fondo, titula el editorial "Artur Mas no tiene quien le escriba" y propone preguntarse "qué es lo que pasa por la mente de tu rival, de tu enemigo" y, su director adjunto, Ramón Pérez Maura, asegura que "llevo meses aplicando este método de análisis con la cuestión catalana".

El análisis lo ha sorprendido. "Por primera vez estos hispanos del viejo Reino de Aragón me han demostrado una tenacidad tan firme como incomprensible porque sus posibilidades de alcanzar los objetivos deseados son tan remotas como inverosímiles". "Inverosímiles" porque, pone de manifiesto, los diferentes países que en las últimas décadas se han convertido en repúblicas "era el resultado de finiquitar un régimen dictatorial", como fue el caso de Yugoslavia. Esta situación no tiene nada que ver con lo que pasa a Catalunya, aunque "a los independentistas catalanes les guste evocar aquellos movimientos de fronteras".

Pero para el diario citado, "las cosas van bastante mal". Y por "cosas" se refiere al hecho de que los líderes catalanes expliquen el proceso por el mundo y pongan como ejemplo la constitución de estas repúblicas, motivo por el que considera que "el independentismo catalán necesita desesperadamente comparecer delante del mundo como un pueblo oprimido en qué no se respeta la democracia", sin embargo, como "sólo" han recibido el apoyo de Canadá, "la realidad es que el expresident no tiene quien lo escriba".

Grave desafío

Bajo el título "Una condena testimonial por un grave desafío en el Estado", El Mundo tilda de "peligroso precedente" la sentencia por no haber atribuido a Mas, Ortega y Rigau delitos de prevaricación. "Una cosa tan grave como la celebración del referéndum," continúa, "se ha saldado con [...] el que consideramos una sentencia muy generosa para los acusados teniendo en cuenta la gravedad de los hechos probados en la sentencia".

El diario citado se muestra "sorprendido" por una condena que, consideran, es "testimonial" porque los dos años de inhabilitación en Mas lo permitirían presentarse a unas elecciones autonómicas en 2019. "En la práctica, pues, es como si no hubiera sido condenado" y eso es "un muy mal precedente cuando la Generalitat quiere convocar una segunda consulta independentista". De hecho, en portada titulan que "El desafío de Mas le cuesta sólo dos años de inhabilitación".

Al final del editorial, aprovechan para calificar de "delirante" el discurso del expresidente después de conocer la condena y califica alguna de sus declaraciones de "ensoñaciones".

Barato

El Español, en la misma línea que los anteriores, titula el editorial lamentándose que "desafiar el Estado no puede salir tan barato" y describe las sentencias de "benevolentes que cualquiera diría que les ha salido barato desafiar al Estado", aparte de considerar que los tres "acusados" "han sacado provecho de la presión ejercida al TSJ catalán desde que fueron a declarar acompañados de una multitud".

Las "penas" son, según su opinión, "las menores de las posibles" y eso deja entrever que el tribunal "ha dado por buena una cosa tan absurda como que un alto cargo pueda saltarse en la torera la orden del TC de no celebrar una consulta ilegal".

Justamente por todo eso, recomienda a la justicia a "no dejarse acoquinar por los partidos nacionalistas".