Que los políticos son personas es una obviedad que se palpa cuando se interactúa fuera de la mesa del Consejo de Ministros con la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. La ciudadana Soraya, quien cumplió 45 años el pasado viernes, no es la indiferente Rottenmeier que proyecta ante las cámaras, cuando habla de recursos contra leyes antidesahucios y pobreza energética. Soraya, la persona, se caracteriza por sus detalles hacia quienes la rodean y sobre todo, por un humor ácido que pasea por los mítines, quizás en un intento de abonar el terreno para "la operación Menina".

En un parque cerca de la zona madrileña donde Santamaría ha vivido en dos pisos diferentes, "mi barrio por dos veces", como dice ella, se ha celebrado este domingo un encuentro entre militantes y apoderados del PP. Acompañada por la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, han cargado entre risas de los asistentes, movimientos de banderas españolas y aires latinos del himno del PP contra su enemigo compartido: Ahora Madrid y Podemos.

"Vienen de la universidad más rancia, ellos sí que son la casta" decía Cifuentes, sin despeinarse ni un pelo y mientras ciertos militantes asentían. Es entonces cuando le ha tocado el turno a Soraya, a quien ha presentado como una persona "que todo lo hace bien", mientras la otra se reía y le contestaba: "está mi marido en el fondo...", casi como confesando que alguien podía hacer un "hable ahora..." y dejarla en evidencia. Pero no, "Iván" ha dicho que sí y todo el mundo en paz.

Porque de hecho, no ha sido así. Santamaría ha dejado por un momento el hábito de representante del Gobierno capaz de hacer pasar la máquina legal por encima de quien la cuestione. Es la pose brusca que ponen algunas mujeres poderosas, quizás ante el temor a no ser tomadas en serio; sin embargo, consciente de la paradoja de que si quiere ser presidenciable debe mostrar el lado humano de la mujer de hierro, se ha desmelenado con el poderío de una rockera, música que le encanta.

Soraya, abogada y humorista

"Mire, yo me he hecho un rule por los programas...Y tengo que decir que del PSOE y de Ciudadanos sólo me he leído el conjunto porque como hicieron aquel acuerdo...", ha afirmado con mucha acritud, obviando que su primera opción es pactar con el partido de Albert Rivera. "La cosa es que más allá de derogar todo lo que ha hecho el PP, es decir, todo lo que ha funcionado, no han propuesto nada más. Bien sí, subir impuestos". Pero el plato fuerte no había llegado y ha entrado en escena con el catálogo "griego, que no sueco".

"Entonces me he leído el catálogo (de Podemos)... Me gusta más el de verdad, pero este es entretenido. Y eso que vas leyendo las medidas y ves: menos libertad, menos libertad...". Y entonces ha desplegado un auténtico gag digno de aparecer en el Polònia: "Y entonces ves a un señor que está colgando la ropa en una sisí, que yo tengo, pero tiene las alas cerradas. ¡Señor de Podemos, ábrelas! Después dicen que nosotros no somos la gente y somos los viejos y conservadores. Y eso de poner pinzas cuando se extiende dentro de casa...? Será del viento que hace"!.

Había militantes que lloraban de la risa, pero ella seguía relatando. "Entonces hay un señor que corta el queso con el cuchillo de la cebolla ...", ha asegurado, muy entendida en la alta cocina. Cosas de la "casta" que le dirían en Podemos. Pero no, no tan casta es para quienes conocen quién es la vicepresidenta.

Los taxistas de Madrid, que saben todos los rumores de la capital, aseguran que es una mujer entregada, muy comprometida con el trabajo y a quien no hacía falta entrar en política. Soraya tenía uno de los cargos más altos de la administración española: era abogada del Estado. La política le ha supuesto renuncias, muchas, a las cuales inevitablemente se enfrenta -aún- cualquier mujer que quiera llegar a la cúspide de su carrera y ser madre de algunas criaturas. Durante el primer gobierno del PP tuvo que compaginar la maternidad con hacer de número dos del gobierno, gracias a la ayuda de su marido, Iván Rosa Vallejo, asesor de una compañía telefónica. 

Y es entonces donde ha reaparecido Santamaría y se ha escondido Soraya, para dar la estocada definitiva a Podemos. "Y qué causalidad, que hay un señor que tiene un calendario en la cocina y que es del mes de marzo. O no saben en qué mes viven, o algunos ya tenían muy claro hace tiempo que nos llevarían a convocar unas nuevas elecciones", ha dicho entre sorpresas de los asistentes. 

El rescate sin Rajoy

Orientados siempre por las encuestas, los mítines sirven durante la campaña para responder a determinadas cuestiones conflictivas. Algunos medios publicaron este sábado una estadística, donde se aseguraba que la militancia del PP estaría dispuesta a asumir un paso al lado de Rajoy, a fin de garantizar la formación de gobierno en el Estado.

Ante esta situación, "la operación Menina" en virtud de la cual Santamaría sería la sucesora natural del PP, podría cobrar vida, si C's no acepta a Rajoy como presidente. Sin embargo, existe en el seno del Gobierno español una fuerte oposición por parte de ministros como el de exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, o la secretaria general de los populares, Maria Dolores de Cospedal, que no quieren a la número dos de Rajoy en el cargo. Pero ella se mantiene fiel y no duda en recordar que el líder del PP "tiene mucho cuajo".

"Si no le hubiéramos tenido sentado en aquella mesa de ministros, España estaría rescatada, ninguno de los 3 líderes habría ganado este tirón" ha afirmado, ilustrando su punto. "El PSOE adelantó las elecciones para evitar tomar medidas. El asesor económico de C's nos recomendó el rescate. ¿Y dónde está Grecia? Con Varoufakis. El partido de los okupas, eso sí que es una solución habitacional, la de Varoufakis y la habitación de 1200 euros pagada por la alcaldesa", ha cargado Santamaría sobre la noticia que Ada Colau había financiado una suite al economista, en su viaje a Barcelona.

Así las cosas, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha reparado en hacer un último reproche a Podemos, afirmando que el PP "sí que es un partido español", en alusión velada a la "patria" que es la consigna de la formación morada en España. Parece que alguna cosa, al menos, comparten.