Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta y ministra de Administraciones Territoriales, tendrá un despacho propio en la Delegación del Gobierno español en Catalunya, al lado del del flamante nuevo delegado, Enric Millo, lo que da una idea de la envergadura política que el Ejecutivo de Mariano Rajoy quiere dar a la que ya se conoce como Operación Diálogo.

Según ha sabido El Nacional de fuentes populares, Santamaría, que este lunes ha asistido a la toma de posesión del nuevo delegado, piensa multiplicar a partir de ahora su presencia en el Principado –"vendrá a menudo", aseguran las fuentes– para hacer frente al difícil despliegue de la carpeta catalana que le ha encargado el presidente Rajoy.

Contactos discretos

El pied-à-terre oficial en la misma sede de la Delegación permitirá a la vicepresidenta coordinar mejor su actividad política en Catalunya y, especialmente, desplegar con discreción los contactos que tiene previstos con miembros de la sociedad catalana -y, eventualmente, del Gobierno y los partidos- para vender la nueva estrategia de la Moncloa ante el proceso independentista.

El plan arrancó en el acto del jueves pasado en el Foment del Treball al que asistieron el Rey y el president Carles Puigdemont -que denunció en su discurso el maltrato del Estado a Catalunya- además de la propia Santamaría.

Dentro de este esquema de trabajo, Millo será el "cauce de comunicación constante entre la sociedad catalana y el Gobierno de España", según palabras de la misma Santamaría. Es decir, que se encargará del desarrollo del día a día de la Operación Diálogo. "Millo será los ojos, las orejas, la mano derecha y, sobre todo, la mano izquierda", ha dicho a la vicepresidenta sobre el papel del delegado ante la plana mayor del PP de Catalunya y el resto de asistentes al acto.