El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido con la canciller alemana, Angela Merkel, este martes en Berlín, desde donde ha respondido al president de la Generalitat, Quim Torra, la negativa a permitir un nuevo referéndum. Ambos mandatarios han abordado la situación catalana en la cumbre bilateral, según ha informado TV3.

"Lo que representó el 1-O es una página que se tiene que pasar", ha dicho Sánchez, en respuesta a las palabras de Torra sobre que se buscaría un nuevo 1 de octubre para hacer efectivo el despliegue de una república. Estas palabras llegan a pocos días de que tenga lugar la reunión entre Torra y Sánchez, el próximo 9 de julio en la Moncloa. "En los márgenes de la Constitución podemos hablar muchas cosas", ha añadido, a modo de aviso previo a su interlocutor. La portavoz Isabel Celaá ya advirtió en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que la autodeterminación quedaba fuera de ese diálogo.

En última instancia, los periodistas han preguntado a Merkel si le incomodaba la presencia de Carles Puigdemont en el territorio alemán, a la espera de que el tribunal de Schleswig-Holstein resuelva la causa de extradición. La canciller ha dicho "no, no incomoda", y lo ha argumentado porque la relación entre España y Alemania es "de estados de derecho" y son las instituciones a las que están trabajando al respecto.

Si bien, las palabras del socialista llegan después que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, visitara al dirigente catalán este lunes en el Palau de la Generalitat, donde abogó por los "valores republicanos" para la convivencia, y que Sánchez se reuniera en paralelo con el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, en la Moncloa.

Urkullu y el ejecutivo socialista se emplazaron a la creación de un espacio donde estudiar la cesión de 37 competencias que están pendientes en Euskadi, según el Estatuto de Gernika, entre las cuales se encuentran la política penitenciaria con respecto al acercamiento de los presos de ETA, una vez "se la ha derrotado", ha dicho Sánchez. Ahora bien, este no ha negado que se pretenda ceder competencias en materia de Seguridad Social. "Sólo le trasladé a Urkullu el estado de nuestro sistema y la voluntad de hacerlo sostenible", ha expuesto.