Con todos los interrogantes abiertos sobre si el PSOE logrará los votos suficientes para que prospere la moción de censura contra Mariano Rajoy, el secretario general Pedro Sánchez, lanzó un potente órdago al PNV, quien puede decantar la votación. El socialista se compromete a gobernar con el presupuesto aprobado la semana anterior en el Congreso, lo que suponen 540 millones de euros para Euskadi. "No es mi presupuesto, pero lo mantendré por razón de Estado", ha dicho Sánchez tras exigir a Rajoy que dimitiera ahora para salir del propio pie de la Moncloa "y todo acabaría".

El dirigente socialista ha asumido así un escenario complicado, ya que las cuentas no se han tramitado en el Senado, donde el Partido Popular tiene mayoría. Si bien, Sánchez ha culpado al presidente de ese riesgo por "no haber asumido sus responsabilidades políticas", de irse, ante "el hastiamiento" de los ciudadanos por el "serial de corrupción", con varias piezas de la trama Gürtel aún por juzgar. El dirigente del PSOE ha elevado ahí el tono sentenciando que Rajoy no "merece tan sólo, la consideración de testigo creíble", cuando declaró ante la Audiencia Nacional.

El secretario general no ha ofrecido respuesta a las preguntas del dirigente popular sobre si el PSOE "se censuraría" a sí mismo cuándo se emita la sentencia de los ERE en Andalucía, pero ha alegado que los senadores Manuel Chaves y José Antonio Griñán ya no seguían en su cargo. Sánchez, en cambio, ha insistido en las presuntas responsabilidades de Rajoy. "No es suficiente una sentencia que diga que su palabra no vale, o que su portavoz parlamentario y tesorero haya ingresado en la prisión", ha reprochado sobre Luis Bárcenas. "Fueron dopados a las urnas, con ventaja", ha insistido.

Sánchez también ha expuesto su programa de Gobierno, ante las críticas de Rajoy sobre que sólo pretendía lo "absurdo" de gobernar con su presupuesto, "derogar" la obra del PP, y en esencia "llegar al poder a cualquier precio". En primer lugar, recordó que sólo quedaba medio año para terminar 2018 y que la cámara pronto prepararía ya los presupuestos de 2019. Incluso, le increpó que el PP sólo era "leal" cuando estaba en el Gobierno, y ha denunciado " estrategia suicida" emprendida por Rajoy para tumbar el Estatut "y llegar a la Moncloa ". "No me dé lecciones" dijo el candidato.

El socialista ha hecho entonces algunos guiños a los independentistas catalanes ERC y PDeCAT, cuyo voto en la moción podría ser decisivo para presionar a los nacionalistas vascos. En primer lugar, ha evitado todo insulto al president Quim Torra, tras llamarle "supremacista, xenófobo y racista", y endurecer la estrategia contra los soberanistas para relanzarse en España. El secretario general se compromete ahora a tender puentes con el nuevo Govern para promover el diálogo. Ahora bien, el secretario general reconoció que no le "gustaban" los artículos y tuits de Torra, pero dialogaría como "legítimo" representante de la Generalitat, y "presidente autonómico" para tender puentes.

Ante la crítica de Rajoy sobre que ya no le importaba recibir el voto de los independentistas, el socialistas se ha plantado. "Nos acusan de filo-terroristas, de vender la patria" ha cargado el dirigente de Ferraz. El mismo portavoz José Luis Ábalos, encargado de introducir la moción, ha hurgado con que tachaban a Sánchez "de hombre de Estado", si les apoyaba "para defender la Constitución" en Cataluña, pero "cuando lo hace para usar los mismos mecanismos constitucionales para exigir responsabilidades, le llaman enemigo del Estado de Derecho" ha cargado sobre la censura.

Los reproches sobre la crisis catalana no han ido a menos. "Usted es víctima de su propia estrategia, con la crisis territorial, el terrorismo, la crisis económica ..." dijo a Rajoy sobre las "deslealtades" de que le acusaban desde el PP. El socialista le ha reprochado que el estallido del independentismo "era fruto de su displicencia a la hora de gobernar". Incluso, le ha recordado que el PDeCAT le cedió votos a los populares para que Ana Pastor fuera presidenta del Congreso, o que fueron diputados de ERC en el Parlament quienes le permitieron al PP catalán tener un lugar en la Diputación Permanente, porque Cs se los negó.

Finalmente, Sánchez ha lanzado otro guiño a Ciudadanos, al comprometerse a consensuar la fecha de unas elecciones, como quería Albert Rivera