El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha roto la unidad que venía exhibiendo con el Gobierno cuanto al conflicto soberanista, anunciando este lunes que propondrá una comisión en el Congreso para el "diálogo, evaluación y modernización del modelo territorial" antes del 1-O. Fuentes de la dirección afirman que el objetivo sería aprobarla antes del referéndum —incluyendo el apoyo del PDeCAT, y también esperan el voto de Mariano Rajoy—. La estrategia del socialista busca un golpe al presidente: primero, porque este ya dijo hace meses que hasta el 2-O no haría ninguna oferta política a Catalunya. Segundo, porque Ferraz sigue adelante con la propuesta, pese a verse obligado a enfriar su pretensión primigenia —la reforma constitucional— por falta de apoyos.

Sánchez ha informado de que llamaría a Rajoy entre este lunes y martes para exponerle la idea, acto seguido lo haría con el resto de formaciones parlamentarias. "Si entre todos creamos este espacio, el mensaje de diálogo sería el más poderoso para reconstruir la unión entre los pueblos de España", ha expresado, ofreciendo una alternativa a la aprobación de la ley de referéndum esta semana en el Parlament. "Ejercemos la oposición de Estado", se ha defendiendo varias veces sobre la medida que pretende registrar el jueves de la próxima semana.

Esta misma voluntad de garantizar "la integridad territorial" lleva al líder del PSOE a pedir a Rajoy "medida y proporción" para impedir el avance de la hoja de ruta, pero no se pronuncia sobre la aplicación del artículo 155 o tomar el control de los Mossos con la Ley de Seguridad Nacional. Fuentes próximas a Sánchez aseguran que está informado en todo momento sobre los movimientos de la Moncloa, pero no quieren desvelar nada al respecto. Ello llega después de que la semana anterior la portavoz en el Congreso, Margarita Robles, hablara de la posibilidad de retirar las urnas.

Así las cosas, Sánchez es consciente de que con la estrategia anunciada evidencia el inmovilismo de la Moncloa. "Si no ha hecho nada durante estos seis años, que no haga reproches ahora: que actúe el legislativo si el ejecutivo no lo hace", ha cerrado sobre cómo afectaría al gallego que los socialistas tomen la iniciativa. El hecho es que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha recordado este lunes que el ejecutivo sólo moverá ficha una vez haya pasado el 1-O. Según algunas fuentes, ello pasaría por más infraestructuras e inversiones.

Ante este desmarque del secretario general, fuentes de la dirección afirman que está dispuesto a retrasar la aprobación de la comisión, si es que el jefe del Ejecutivo le garantiza su apoyo. La medida deberá ser objeto de debate en la Junta de Portavoces del Congreso, procedimiento que podría retrasar por ese motivo. Sánchez ha enfriado la idea de una reforma de la Constitución, pues ha dicho que era "complementaria" pero no el primer objetivo de la misma propuesta. Desde la dirección aseguran que Cs no quiere que una posible modificación se haga ad hoc para el conflicto soberanista.

En consecuencia, Sánchez espera que después de dar apoyo a Mariano Rajoy para impedir el referéndum, los demócratas le den apoyo en la comisión que pretende impulsar. "Jordi Xuclà y Carles Campuzano se han pronunciado en esta línea proponiendo una comisión", recuerdan personalidades del entorno del líder. De igual modo se ha pronunciado el secretario general, preguntado por El Nacional. Más irritado se ha mostrado el socialista, cuando preguntado por este diario sobre si el escenario posterior al 1-O era un momento idóneo para presentar una moción de censura a Rajoy, se ha vuelto que daba apoyo "a la integridad territorial".