El estado de alarma tendrá una pequeña mutación a partir del 9 de noviembre, si el Congreso aprueba la prórroga este jueves. Si bien a partir de este domingo se establecía un toque de queda generalizado para todo el Estado, con excepción de las Canarias, esta restricción pasará a ser opcional a partir de aquella fecha. Quedará en manos de cada comunidad autónoma. El Consejo de Ministros mantiene sus planes y ha pedido formalmente alargar la excepcionalidad durante seis meses, hasta el 9 de mayo, a pesar de las críticas transversales de la oposición, desde el PP y Ciudadanos hasta el independentismo, que reclaman control parlamentario.

De esta forma, si el Congreso de los Diputados da el visto bueno por mayoría simple (más  que no), las condiciones cambiarán ligeramente. A partir del 9 de noviembre serían los presidentes autonómicos, como autoridades delegadas competentes, los que tendrían la potestad para decidir sobre las restricciones a la movilidad nocturna en función de la situación epidemiológica. En estos momentos está fijado entre las 23:00 y las 6:00, con un margen de una hora por delante y por detrás.

El Gobierno tiene 48 horas para asegurar los apoyos a la prórroga del nuevo estado de alarma. En principio tenía que contar con un amplio apoyo, porque lo habían pedido hasta diez gobiernos autonómicos, entre ellos los de Catalunya y el País Vasco. Sin embargo, con la letra pequeña del decreto publicado el domingo, el desconcierto se ha generalizado entre las fuerzas de la oposición, que están intentado recortar el plazo de seis meses o al menos establecer mecanismos de control en el Congreso de los Diputados.

Y no será Pedro Sánchez quien presente la prórroga del estado de alarma el jueves en el Congreso, como sí que pasaba a la primera ola. La portavoz María Jesús Montero ha justificado que "el jueves participa por videoconferencia con el resto de líderes europeos para analizar la situación internacional", una cita "de obligada presencia". Por eso será el ministro Salvador Illa quien dé cuenta delante de la cámara baja.

Por otra parte, Montero ha rebatido las críticas a la falta de control parlamentario. "El presidente del gobierno seguirá compareciendo todas las veces que el Congreso lo llame", ha asegurado la dirigente socialista. Ha subrayado que cada semana se somete a la sesión de control del parlamento. Por eso desde La Moncloa dicen no entender los cantos de sirena de la oposición.

Estado de alarma de seis meses

El Gobierno no se mueve: sigue considerando "conveniente" una prórroga de seis meses que se vaya "modulando" a las circunstancias. Los españoles necesitan "tener un horizonte cierto sobre el cual trabajar ante situaciones de rebrote, ante situaciones cambiantes", ha justificado la ministra portavoz. Ha dicho que seguirán negociando hasta la extenuación", pero no se mueven de los seis meses porque creen que tendrá los apoyos necesarios.

Preguntada sobre posibles confinamientos domiciliarios, como los que estudia la Generalitat, la portavoz del Gobierno ha dicho que el estado de alarma justamente se ha adoptado para evitar este extremo. Por ahora sólo contemplan "restricciones parciales" como las adoptadas.