Pedro Sánchez ha golpeado el clásico consenso entre el Partido Popular y el PSOE de que "nación" solo hay una y es la española, justo el mismo mes en que se celebran los 40 años de democracia en España. La plurinacionalidad del nuevo secretario general no incluye el referéndum, pero ha levantado los temores de un Mariano Rajoy que ve cómo una mayoría de partidos en el Congreso empujan en dirección a la "nación de naciones". La amenaza es que la idea se instale en el imaginario colectivo de los ciudadanos, con sus implicaciones para Catalunya y la carta magna.

"No estoy a favor del término plurinacionalidad, habría que explicar en qué consiste. Estoy a favor de una cosa que está plasmada en la Constitución y se entiende muy bien: en España hay nacionalidades y regiones, es lo que acordamos en su día", dijo Rajoy este viernes desde Bruselas sobre el pacto constitucional. La cuestión es que el giro de los socialistas ha obligado al Gobierno a recuperar el mensaje de que la Constitución no tendría que someterse a un proceso revisionista, sino reformarse, a condición de que hubiera un consenso de partida y de llegada en cuestiones como la unidad de España.

El ejecutivo, sin embargo, sabe que Sánchez no apuesta por un referéndum en Catalunya. Primero, porque Rajoy recibió la llamada de apoyo del socialista ante el advenimiento del 1 de octubre. Segundo, porque el secretario general dijo en el congreso federal del PSOE que intentaría combatir las "falsedades" del soberanismo. Tercero, porque en la Moncloa creen que la idea de "nación cultural" busca al electorado de Podemos. "Muchas naciones y una única soberanía, me parece una pirueta", dijo el viernes el portavoz Íñigo Méndez de Vigo, a raíz de la propuesta del líder socialista, que defiende la supremacía de la nación española, sin reconocer la soberanía al resto.

La amenaza que se cierne sobre el Estado es que la idea de la "nación catalana" haga mella en una mayoría de votantes. En el Congreso hay 180 escaños que corresponden a grupos parlamentarios que defienden la plurinacionalidad, pese a que lo hagan con posiciones muy distantes. Así, ERC, EH Bildu, el PNV y el PDeCAT apuestan por la "nación política", el referéndum y la autodeterminación; Podemos y En Comú supeditan el derecho a decidir al acuerdo con el Estado, y los socialistas quieren una federación plurinacional donde los catalanes votarían sobre un nuevo Estatut y la Constitución.

Pero a medida que el referéndum se acerca, el PP y Ciudadanos podrían ver tambalear el apoyo de los socialistas, al menos en el terreno formal. La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, dijo que recurrirían a instancias internacionales si se aplica el artículo 155 para impedir las urnas. El gesto ha cogido desprevenido al ejecutivo, que no quiere aventurar escenarios, pero sí palpa en Pedro Sánchez dualidades y sombras. Y si el Sánchez que quiere llegar a la Moncloa se impone, hay voces que creen que podría utilizar el 1-O para conseguirlo.