El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ya tiene a punto su propuesta para Catalunya. Se trata de una reforma del Estatut y posteriormente un referéndum para aprobarla, como ya se había apuntado hace semanas, y será presentada por el mismo presidente español en un pleno monográfico sobre Catalunya que tendrá lugar el próximo 12 de diciembre en el Congreso de los Diputados. La propuesta, sin embargo, nace muerta, ya que no ha conseguido convencer a nadie.

En un mes para que el planteamiento de Sánchez vea la luz, los diferentes partidos ya han criticado la propuesta. El líder del PSOE no ha conseguido simpatías ni de los independentistas ni de los comunes, pero tampoco del PP. Unos por incipiente y los otros porque consideran que va en contra "la convivencia" en Catalunya.

Así, Esquerra ha considerado que la propuesta deja fuera a la mitad de los catalanes, en este caso, a la mitad independentista. El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, ha considerado que no se puede excluir "ni el 50% de los catalanes autonomistas ni el 50% de los independentistas" y ha defendido que los catalanes tendrían que decidir "si optan por la autonomía o por la independencia".

También así se ha expresado el PDeCAT, que ha asegurado que no espera "nada" de la reforma. La vicepresidenta del partido y diputada en el Congreso, Míriam Nogueras, asegura que la mayoría de los catalanes "han pasado ya cuatro pantallas" desde que en el 2006 se aprobó un Estatut que después recortó el Tribunal Constitucional.

Por su parte JxCat considera "insultante" que sea el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y no el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien proponga un nuevo Estatut para Catalunya, por lo que ha retado a los socialistas catalanes a plantearlo ellos mismos en el Parlament.

Finalmente, los comunes han reconocido que tiene "poco sentido" plantear una reforma del Estatut y han defendido el referéndum de autodeterminación. La coportavoz d'En Comú Podem en el Congreso, Lucía Martín, además, ha añadido que "si se quiere un nuevo Estatut lo tendrá que decidir el Parlament", aunque ha aplaudido el gesto político porque supone, al menos, romper con "tantos años de judicialización" y hacer "propuestas políticas".

En el otro extremo, el PP ha cerrado la puerta a cualquier reforma del Estatuto y ha defendido que es una propuesta que "no tiene lugar". Así, el diputado popular Carlos Floriano asegura que su grupo está "en la línea de recuperar la convivencia y la libertad en los espacios públicos" y que propuestas de reforma del Estatuto "no tienen cabida". Sin embargo, ha dicho que tendrán que ser los órganos del partido los que tendrán que tomar una "decisión definitiva".

Ciudadanos de momento todavía no se ha pronunciado, pero todo apunta a que rechazarán la propuesta.