El exprimer ministro escocés Alex Salmond ha asegurado que el momento para la independencia de Catalunya llegará y que, entonces, "la democracia y la autodeterminación prevalecerán". En una conversación organizada por la SER Catalunya con el presidente Carles Puigdemont ha recomendado que "la cuestión es saber cuándo llega el momento, para estar preparado y saber aprovecharlo".

Salmond se ha referido a la actual situación de Escocia, en la que el referéndum sobre el Brexit "podría provocar un cambio sustancial de las circunstancias". En caso de que Inglaterra votara a favor de la salida de la Unión Europea y, en cambio, Escocia decidiera quedarse, se requeriría un nuevo referéndum de independencia. 

Puigdemont ha explicado que, en cuanto a la situación catalana, no se prevén cambios a corto plazo. A pesar de la nueva convocatoria de elecciones generales, el presidente catalán no cree que se abra ninguna "ventana de oportunidad", aunque si fuera así, "tenemos que estar preparados". 

En este sentido, Puigdemont se ha abierto a "colaborar para llegar a un acuerdo" sobre un referéndum en Catalunya donde se podría negociar la fecha, la pregunta, el contenido, que podría incluir alguna propuesta del Estado, el porcentaje para validar los resultados y una moratoria para volver a celebrar otra consulta.

Salmond no ha querido entrar a valorar la situación catalana, pero sí que ha remarcado la necesidad de que haya "un medio por el cual el pueblo pueda expresarse" y un proceso político "democrático y pacífico" para alcanzar la independencia. 

Alianzas internacionales

Salmond ha restado importancia a la cantidad de apoyos internacionales que tenga el proceso de independencia, ya que "el referéndum se decide por las aspiraciones y sensaciones de la gente", no por los aliados internacionales, ha argumentado. Así, ha emplazado Catalunya a "encontrar su camino" y se ha identificado como "un observador amistoso".

Puigdemont ha asegurado que las alianzas internacionales llegarán "cuando Catalunya decida ser un país soberano", momento en que la cuestión catalana dejará de ser un "problema doméstico" a nivel europeo.