Las juntas de tratamiento de las prisiones de Lledoners, Mas d'Enric y Puig de les Basses establecieron un régimen de segundo grado para los presos políticos. Una decisión que el conseller Josep Rull no acepta: "El nuestro es un tercer grado de manual" y añade que "si alguien lo encuentra forzado es porque España está enferma". Las declaraciones las recoge Empar Moliner en una entrevista que le ha hecho por Catalunya Ràdio. Rull no entiende cómo cumpliendo todos los requisitos que se piden de "familia, elemento social, encontrar trabajo y no tener riesgo de reiteración delictiva" no se los concede. Además, se muestra convencido de que la longitud de la pena será la misma dentro de medio año "cuándo nos vuelvan a revisar".

Con respecto al papel de la fiscalía, Rull da por hecho que siempre "recurrirá los permisos de todo pero igualmente se tiene que pedir". Además, en plenas negociaciones para investir a Pedro Sánchez, sostiene que si "la fiscalía recurriera sería visto como un elemento represivo en plenas negociaciones". Sobre el Tribunal Supremo considera que "está recibiendo muchos garrotazos porque algunos lo consideran demasiado blando".

Rull lamenta que el tercer grado no sea efectivo por la situación personal que vive en primera persona: "Tendríamos dos o tres días que nos dejarían salir y para nuestras familias eso sería un gran regalo".

En esta entrevista, el conseller también da algunos detalles de su día a día en la prisión. Lamenta que las paredes son grises y eso hace que tengan menos luz. Últimamente se ha apuntado a teatro y también han colaborado con la Marató de TV3 de este año.