El conseller d'Afers Exteriors, Raül Romeva, ha explicado en un artículo al diario Herald Scotland, que "la cuestión de la independencia de Catalunya demuestra que España no es una democracia real". En este sentido, Romeva critica y se muestra preocupado de que se haya judicializado un conflicto que es en realidad político. "Lo que es realmente preocupante es el hecho de que en un Estado de la Unión Europea haya una falta de separación básica de poderes".

Es más, opina que el uso del sistema judicial "como instrumento del ejecutivo", por parte del Gobierno español, es algo que "tiene que preocupar a la gente en todas partes". "No se puede resolver un problema político en los tribunales, ésta no es la solución para nada", argumenta. "El uso del sistema judicial para hacer política desacredita al Estado de derecho en la administración española. Eso es un error", expone Romeva en el artículo. "No se puede considerar que es una democracia plena cuando simplemente niega la realidad que tiene a una gran mayoría de la gente en Catalunya que pide el derecho al voto", explica el conseller. 

Romeva reclama que "lo que queremos hacer es lo que hizo Escocia", un referéndum, pero puntualiza que "el problema es que necesitamos a alguien para jugar el papel de David Cameron en España. No obstante, tal persona no existe", lamenta.

Visita a Escocia

Romeva describe su visita a Escocia como una visita privada, sin embargo el conseller se reunió con profesores y responsables de programas de catalán en las universidades de Glasgow y Edimburgo. También protagonizó un encuentro con el Centro de Cambio Constitucional y fue invitado por el SNP a conocer su campaña e intercambiar opiniones al respecto. En este sentido, estuvo en el comité de campaña en Edimburgo y se reunió con candidatos a las elecciones del 5 de mayo, y con miembros y representantes del SNP. Antes de llegar a Escocia, también se reunió con el grupo SNP en el Parlamento británico, en Londres. 

De hecho, el viaje a Edimburgo es parte de una ofensiva internacional para intentar convencer a la UE y a países terceros de que la disputa catalana con España puede necesitar un poco de ayuda externa para resolverse. "Tiene que ser tomado muy en serio por la comunidad internacional y en particular por los países de la Unión Europea. Este es el mensaje que presento. Hay un problema", reconoce al Herald Scotland.