El conseller de Afers Exteriors, Raül Romeva, asegura en una entrevista a El Nacional que es un error criminalizar el referéndum británico como si éste fuera el problema. El referéndum es sólo un instrumento y el problema es la incapacidad que ha tenido la UE para repensar con coraje su proyecto.

¿Cuál será la respuesta desde Catalunya y desde el Govern a la situación nueva que abre el Brexit?
De entrada lo que hace falta es poner de manifiesto el respeto absoluto por una decisión que se ha tomado democráticamente. Veremos en términos prácticos cómo se ejecuta. Se empieza un proceso de negociación que se pone en marcha a partir del momento que se aplique el artículo 50, que no será inmediato. Será de aquí a un tiempo y con un liderazgo que no será el de Cameron. Por lo tanto, en este momento no tenemos medidas concretas que corresponda tomar.

Pero habrá efectos en Catalunya.
Que tendrá impacto en el caso catalán, es evidente. Hablamos de 330 empresas catalanas en el Reino Unido, de 440 empresas británicas en Catalunya. El Reino Unido tendrá que restablecer en términos de acuerdos y tratados sus relaciones con todo el mundo, también con Catalunya. Tenemos que ver cómo evolucionan las conversaciones.

Eso generará una dinámica de debate político en toda Europa. El presidente del europarlamento, Martin Schulz, ya ha advertido sobre la posibilidad de que aparezcan otras propuestas de referéndum similares...
La lectura de criminalizar el referéndum me parece absolutamente equivocada. Aquí hay un problema que no se ha afrontado con bastante coraje, que es repensar el proyecto europeo. Querer criminalizar el referéndum es un error. No es más que una etapa en este periodo de descontento que se ha dirimido ahora de esta manera.

El debate de fondo tiene que ver con las soberanías

De este resultado cuelga otro referéndum, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ya ha dejado claro que el Brexit vuelve a poner encima de la mesa el referéndum de Escocia...
El debate de fondo tiene que ver con las soberanías. El caso escocés es evidente. Se hizo el referéndum en un contexto determinado que ha cambiado. Uno de los argumentos a favor de votar No a la independencia de Escocia era el miedo -creo que injustificado- a quedar fuera de la UE, y ahora resulta que quien quedará fuera es el Reino Unido. Legítimamente, mucha gente que votó No en aquel contexto ahora dice: "Si cambia el contexto, yo quiero volver a hablarlo". Es legítimo y normal que así sea.

¿Como puede afectar a Catalunya y a la reclamación de un referéndum catalán?
Con la misma regla de tres, el binomio democracia-negociación también se puede aplicar a Catalunya. El referéndum, la democracia, es el instrumento. La consecuencia del referéndum no es ni el desastre absoluto ni el paraíso, ni el referéndum es la solución a todos los problemas, ni es el infierno. Es un instrumento para clarificar los términos en que nosotros tenemos que empezar a negociar. Poner el énfasis sobre el referéndum como si fuera el problema es como mirar el dedo y no la luna. El problema no es el dedo, es la luna.

El resultado tan ajustado es también significativo, teniendo en cuenta los debates que hay en Catalunya en relación a este tema...
Sí. Resulta que con el 52% un país puede dejar de formar parte de la UE. Es importante a la hora de hablar de legitimidades numéricas esta cifra.

Es importante ver el referéndum como una oportunidad, también para la UE. Si no, el efecto contagio será inevitable.

¿Lo que ha pasado con Escocia y el Reino Unido desactivará el argumento del miedo a quedar fuera de la UE?
Este tipo de argumentos se utilizan siempre para conseguir un resultado determinado. Cuando uno los analiza en detalle es evidente que este automatismo no es verdad. Incluso la salida de la UE por parte de un Estado como el británico no es una cuestión automática. Este riesgo, o supuesto riesgo a quedar fuera se tiene que poner ya en cuarentena. Además, la UE no está en estos momentos en situación de ir perdiendo territorios con una gran capacidad de generación de actividad económica, como podría ser el caso de Catalunya. Es un lujo que la UE no se puede permitir. El referéndum británico lo que hace es abrir debates dentro de la UE, en el Reino Unido, dentro del Estado español, en casos como el catalán... Tenemos que ver el referéndum como una oportunidad para abrir debates.

¿Está preparada Bruselas? ¿Será traumático?
Este es un hecho inédito. No hay un manual de instrucciones porque nunca se ha tenido que aplicar como tal. No espero que las cosas vayan rápidas ni fáciles, tampoco tengo claro que todo el mundo tenga las mismas ideas sobre como se tiene que negociar. La UE no es un ente autónomo sino que son muchos gobiernos que negocian cada uno con sus intereses. A partir de este momento se inician unas conversaciones con la UE para ver cómo se abren las negociaciones con el Reino Unido. Pueden pasar muchas cosas. Lo que es muy importante es que entendamos que aquí hay una oportunidad también para la UE. Si no, este efecto contagio será inevitable.