El restaurante La Flama de L'Hospitalet está justo al final de la Rambla de Marina, en el barrio de Bellvitge. Un barrio de clase trabajadora principalmente castellanohablante y donde tradicionalmente los votos a las diferentes contiendas electorales se las llevaba de calle el PSOE. En los últimos años, sin embargo, Ciutadans y PP han ganado terreno y la pugna por el mismo votante se evidencia.

De hecho, Ciutadans escogió este mismo punto -no el restaurante pero sí el parque que hay en frente- para dar el mitin final de la campaña del 20-D.

Hoy ha sido el PP quien ha escogido este punto de Bellvitge para organizar un encuentro con militantes del candidato del partido por Barcelona, Jorge Fernández Díaz.

El ministro en funciones ha entrado en el comedor de La Flama acariciado por el himno del PP y los aplausos del centenar de militantes y simpatizantes que lo esperaban. Todos por encima de los 65.

Consciente del público a quien se dirigía, Fernández Díaz los ha deleitado con una combinación de patriotismo envuelto en la magia del juego de la selección, las pensiones y un artilugio en la figura de Adolfo Suárez.

Metáfora de la jugada Iniesta-Piqué

Precedido por algún tímido “Viva España”, el ministro ha vuelto a reivindicar la selección española y el gol de Gerard Piqué en la Eurocopa como “la mejor metáfora de España”, que cuando rema junta, arrasa, pero “cuando quieren separarnos, salimos perdiendo”.

"Iniesta es de Albacete y Piqué de Barcelona, y nos hicieron felices a todos los españoles", ha señalado. Es precisamente esta conexión entre los dos jugadores lo que para el dirigente popular representa "el paradigma de lo que desde el PP en estos momentos electorales estamos defendiendo, que cuando los catalanes y el resto de españoles vamos unidos y juntos, ganamos todos."

En cambio, cuando algunos pretenden separarnos, confrontarnos y dividirnos, perdemos todos. Pierde la convivencia y las personas, porque nos afecta a nuestras relaciones personales y vecinales. Y todos tenemos más o menos tristes experiencias que" hemos "vivido", ha relatado.

Desde el público, gestos de asentimiento y algún otro "Viva España" han aprobado la intervención de Fernández. Eso sí, interrumpida en algún momento por los llantos de la hija de un mes y medio de la presidenta del partido en la ciudad, Sònia Esplugas, que reclamaba su biberón de merienda.

“Debo ser yo que soy un desastre y lo he hecho llorar”, ha anticipado el ministro. Pero la madre lo ha tranquilizado explicando que no, que el problema era que la criatura reclamaba su dosis de leche. Al final del acto, el ministro no ha parado hasta conseguir coger la menor en brazos y hacerle unas carantoñas.

Las pensiones

Fernández Díaz ha pasado de hablar de la selección y la unidad de España a un tema controvertido para los jubilados: la pensión. Después de alabar la política económica del PP que, según el ministro, “ha permitido salir de la UCI un enfermo en estado crítico como era España”.

Fernández Díaz ha advertido al público que lo que está en juego ahora mismo es seguir con una gestión que garantice las pensiones o bien, “volver atrás o convertirnos en Grecia o Venezuela”. El ministro ha remarcado que en Grecia han tenido que recortar las pensiones entre un 20 y un 30%. “Se imaginan qué pasaría aquí”?.

Adolfo Suárez

Unidad, fútbol, pensiones y un mito para el votante español de centro moderado: Adolfo Suárez. Jorge Fernández ha aprovechado para homenajear la figura de Adolfo Suárez. ¿La excusa? “Un día como hoy se convocaron las primeras elecciones democráticas de España que ganó con el UCD”, ha explicado para después recordar “y me nombró gobernador civil cuando yo era sólo un jovencito”. 

La mención a Suárez no es fruto de ningún ataque de nostalgia sino que el ministro ha querido marcar distancias con Albert Rivera que, desde Ciutadans, se mira al espejo en el líder de UCD. Fernández Díaz ha recordado a sus votantes que él ya estaba entonces.