Albert Rivera ha inflado la expectativa del gobierno en minoría del Partido Popular. Asegura que no hay veto a Mariano Rajoy y que tampoco favorecerá "la vía Sánchez". Podemos se abrió a estudiar alguna propuesta de acuerdo con el PSOE para evitar que revalidase el PP. Existe temor por unas nuevas elecciones. La formación naranja ha perdido 8 escaños y no quiere entrar en un juego de pactos con "dieciocho partidos", como Albert Rivera ha definido. El clásico "sólo apoyaremos a la lista más votada" era la posición que C 's defendió antes del 20 de diciembre. Ahora ha reaparecido y podría ser el mantra que salve a Rajoy, si la coalición "constitucionalista" no prospera.

El "plan A" de Rivera es una mesa con PP y PSOE para articular una coalición que pueda hacer reformas a la Constitución. Si no, se quedará en una "oposición responsable". No desvela si se abstendrá para que gobiernen los populares, pero el "plan B" es apuntalar al partido más votado. El PP ha salido legitimado tras conseguir 14 escaños más y C 's ya no contempla otra ingeniería como la de los últimos cuatro meses de negociaciones. "No hay tercer escenario. Esta vía no tiene ningún sentido. No la defenderemos nunca", opina el líder sobre un pacto de izquierdas Podemos-PSOE que él tuviese que dejar pasar.

Rajoy está confiado de que los socialistas acabarán cediendo y los apremia. "No sé qué podemos arreglar en agosto que no podemos arreglar ya este julio" dijo al recoger sus credenciales de diputado. Tiene la economía y la política internacional a favor. España lleva 200 días en funciones y desde finales del verano sin aprobar ningún proyecto de ley. Bruselas pide la aprobación de la senda de déficit y varias directivas comunitarias. En el plano interno, ha extendido el temor a que no haya presupuestos generales del Estado. Él no cederá y lo advierte a los demás. "Nadie en su juicio sano querría terceras elecciones", exclamó.

Ante ese escenario, el PSOE se ha precipitado entrando en un callejón sin salida. Difícilmente podrán salir sin ningún coste mediático de él, en caso de que tengan que ceder en el último minuto. Este jueves la cuenta de twitter del partido tuiteaba un 'NO' de grandes dimensiones al líder del PP. Pocos minutos después lo borraron: cuanto más arriba escalen en la negativa, mayor podría ser la caída. Las pocas voces que podían instar a Sánchez a asumir la investidura, si fracasa Rajoy, se ahogan entre los barones que no quieren pensar escenarios futuros.

Guerra de barones en Ferraz

A pocos días del comité federal, la de los "pedristas" no es la opinión mayoritaria. La líder de las Illes Balears, Francina Armengol, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta son partidarios de que Sánchez tome el relevo en la investidura. El secretario de organización, César Luena, ve claro que no se abstendrán. Tampoco abre la puerta a que su líder dé el paso. Este lleva 9 días sin pronunciarse, y mientras calla, evita que nadie hable de los 85 escaños y los 5 que perdió su formación el pasado 20-D. Su silencio no será inocuo para quienes proclaman el 'no' con vehemencia.

El expresidente Felipe González se aviene al entendimiento con el PP, mientras en Moncloa saborean la situación. Han convocado al líder de Podemos, Pablo Iglesias, el próximo martes. Si los números alternativos a Mariano Rajoy no cuadran, él será presidente. Ahora deja pasar el comité federal del PSOE de este sábado 9 de julio y da tiempo para que piensen si se levanta el veto. Rajoy no se conforma con un gobierno en minoría y quiere garantizar "la estabilidad". Sólo le queda por encontrarse con Sánchez, a quien esta vez correrá a saludar, a diferencia del 12 de febrero, cuando le retiró la mano.

Rajoy ha transformado la estrategia. El inmovilismo ahora es pragmatismo. "Donde quieran, el día que quieran y a la hora que quieran", dice a Ferraz sobre la reunión que tarde o temprano celebrarán estos dos históricos rivales.