Albert Rivera no está dispuesto a poner trabas al gobierno en minoría de Mariano Rajoy y después de reunirse con el líder del PP, se ha abierto a pensar su posición en la investidura. Mañana está convocada la ejecutiva nacional de Ciudadanos y decidirá si el apoyo a Rajoy se traduce en una abstención. Rivera renuncia así al Plan A, la mesa de negociación con las "fuerzas constitucionalistas" PP, PSOE y Ciudadanos, con el fin de "no bloquear e ir a terceras o cuartas elecciones". La posición en el comité federal socialista, donde se ratificó el 'no' a Rajoy, le ha llevado a apostar por el Plan B de dejar pasar para no prolongar la ingobernabilidad.

"No vamos a dar apoyo al gobierno, pero podemos negociar y llegar a acuerdos, reformas durante la legislatura", ha asegurado Rivera, quien se quiere mantener en una "oposición responsable". No han hablado durante la reunión de más de hora y media sobre políticas y legislación a pactar, pero el PP se comprometió a llamar este miércoles a todas las fuerzas proclives al entendimiento para elaborar los equipos negociadores. La idea es abordar "cuanto antes" cuestiones que preocupan al presidente en funciones, tales como la aprobación del techo de déficit, los presupuestos generales del Estado y el techo de gasto.

Con tal determinación, Rivera se compromete a no bloquear la voluntad de Rajoy de presentarse a finales de julio-principios de agosto a la investidura. El líder de C's había indicado a lo largo de la campaña que la marcha de Rajoy y la regeneración del equipo ministerial era condición para entrar en un ejecutivo, votar sí o abstenerse. También había supeditado sus negociaciones a una mesa a tres, junto con los socialistas. Sin embargo, considera que las posiciones "maximalistas" deberán ser abandonadas en pro de la gobernabilidad del Estado: "Estamos abocados a entendernos. Terceras elecciones no es una opción", ha dicho. 

No es el único argumento que motiva el cambio de postura. La formación naranja considera que con 32 escaños no puede pedir sacrificios como la marcha del cabeza de lista popular, veto que se ha replanteado también, después de que voces del partido se mostraran contrarias al mismo, como avanzaba El Nacional. Pero si Rivera deja pasar a Rajoy, habrá incumplido la proclama de echarlo, por activa y por pasiva, con los costes de credibilidad que le podría acarrear entre su electorado.

Ante este escenario, fuentes aseguran que lo más probable es que C's facilite el gobierno en minoría del PP con una abstención. La reunión con la dirección del partido ha sido ya convocada este miércoles, aunque se esperaba a finales de semana. El líder de la formación naranja quiere acelerar los trámites y asegura que el veredicto será "colectivo" con el equipo de C's. La estrategia de Rivera pasa ahora por presionar a los socialistas y existe la posibilidad de que llame a Pedro Sánchez para que estos también se abran a facilitar el gobierno de Rajoy, según ha sabido El Nacional.

El político catalán ha lamentado que "después de 18 días desde la celebración de los comicios" PSOE y PP aún sigan sin encontrar puntos comunes. A su vez, el presidente en funciones ha agradecido la voluntad "constructiva" de C's. Rajoy enviará mañana el documento a la formación naranja para comenzar la negociación. Es decir, que Rivera decidirá este miércoles la posición del partido sin saber en qué cederá el PP y con sólo un contacto previo. O al menos, así lo ha asegurado.