Mariano Rajoy y Albert Rivera son instintintamente el poli bueno y el poli malo de la trama de la ingovernabilidad española y la regeneración. También con respecto a Catalunya, pero a veces se intercambian los papeles. El líder de Ciudadanos ha advertido al gobierno de Rajoy no subestimar la movilización de la Diada. Rivera ha sostenido que en Catalunya había una "fractura, donde miles y miles de personas piensan de una manera que pasa por romper España y salir de la Unión Europea, y no se puede minimizar" en alusión a "las declaraciones de algunos" titulares ministeriales este lunes, sobre el Once de Septiembre.

El político catalán se ha expresado en un desayuno en Madrid, donde ha presentado una agenda catalana de reformas que cree que serviría para reducir el proceso independentista. La primera es una revisión de la financiación autonómica, a partir del principio de corresponsabilidad fiscal entre Estado y autonomías. Según Rivera, el PP no habría actualizado las partidas económicas desde hace dos años, hecho que habría sido "aprovechado" para atizar el procés. Rivera ha pedido el Corredor Mediterráneo, como también la reforma constitucional para aclarar competencias entre Estado y entes autonómicos y evitar conflictos.

"*Más blindadas? Si son un bunker, en Catalunya no hay la posibilidad de abrir este debate" ha dicho Rivera sobre las competencias lingüísticas, tras haber firmado un pacto con Rajoy sobre la introducción del trilingüismo en las escuelas. "La consellera dijo que este sistema estaba obsoleto. Quizás será más moderno estudiar sólo en una [lengua]" ha dicho Rivera, a las preguntas del moderador. El asunto levantó los recelos de ERC y el PDC, quienes consideraron que el pacto de investidura podría invadir competencias del Estatuto y afectar a la inmersión.

Preguntado por el referéndum con garantías que propone el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, el líder de C's ha tachado de "penultimátum" la cuestión. Rivera ha invitado al presidente a sentarse en una mesa de negociación y a "bajar de la montaña" para construir un proyecto alternativo que pueda recuperar la voluntad de permanecer en el Estado. "Yo me podría sentar en una mesa de negociación con los catalanistas de la Transición, como Junyent. Tarradellas se sentó con Adolfo Suárez" ha ejemplificado, en alusión al periodo constituyente español a finales de los años 70.

Las alusiones al procés han acabado cuando Rivera ha sido interpelado sobre qué posición tomaría su partido si la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, es inhabilitada por el Tribunal Constitucional y el gobierno catalán no acepta la sentencia. "Mire, nunca me habían hecho una pregunta así, por qué nunca me habían preguntado qué pasaría si alguien desobedece a la ley" ha respuesto, indicando que el asunto "corresponde a la justicia" y no a él.

Soria y corrupción

La regeneración española y la investidura también ha sido parte del discurso de Rivera, donde se ha intercambiado con Rajoy los papeles de poli bueno y el poli malo. El político catalán ha defendido la posición de su partido sobre haber votado a favor de que el ministro de economía en funciones, Luis de Guindos, intervenga en una comisión este martes a las 17h para explicar el nombramiento y posterior renuncia de José Manuel Soria para el Banco Mundial. Su formación facilitó la comisión junto al PP, aunque el resto de grupos pedían un Pleno.

"Como mínimo queremos que venga, que dé explicaciones. Cuanto antes mejor" ha justificado Rivera. La formación naranja dio apoyo a la sesión plenaria, pero la negativa del gobierno de Rajoy de comparecer, lo llevó a rebajar su posición para que "no se marchara de rositas" como dijeron algunos diputados. Sin embargo, Rivera ha urgido al Tribunal Constitucional a resolver el conflicto competencial entre parlamento y ejecutivo para aclarar si el segundo puede ser controlado. "Si puede nombrar exministros dimitidos, entiendo que sí" ha considerado.

Rivera ha invitado al PSOE a sumarse a su pacto de investidura y a no esperar a una "sacudida" en las elecciones vascas y gallegas para mover ficha. El catalán ha vuelto a reivindicarse como "el partido del sí" en las negociaciones. Sí también a que si la senadora Rita Barberá es imputada tenga que dimitir. Así le ha exigido a Rajoy su socio, en el papel del poli malo.