El diputado de la CUP, Carles Riera, ha apostado por "la confrontación continuada con el Estado" en los próximos meses con el fin de seguir el camino para la independencia. Para el cupaire, esta será ahora la única manera de "forzar una resolución democrática: con desobediencia civil y movilización y actuante con soberanía desde nuestras instituciones".

"Tenemos que ir más allá de la constitución española y del Estatuto para garantizar derechos para todo el mundo en el contexto de la crisis que vivimos", ha dicho en una entrevista este sábado en El Suplement de Catalunya Ràdio.

Riera ha considerado que esta ha sido una legislatura "muy perdida" y ha criticado que JxCat y ERC "hayan fracasado en sus opciones nacionales y sociales". A su entender, eso ha provocado una "caída libre de la fuerza del independentismo".

Sobre quién estará el candidato de la formación en los comicios, Riera ha asegurado que en estos momentos todas las opciones sobre la mesa y no ha descartado que pueda ser el exdiputado David Fernández o él mismo.

Los ejes de la CUP de cara al 14-F

La propuesta política que los cupaires preparan para las elecciones apuesta para buscar la confrontación permanente con el Estado con leyes sociales que traspasen las competencias de la Generalitat y desobedeciendo si el Tribunal Constitucional las tumba. Eso, creen, evidenciaría que es "imposible" desarrollar políticas sociales en el marco estatal y acabaría forzando un nuevo referéndum de autodeterminación. Aunque rechazan poner fechas, aseguran que será un proceso "de mínimo 2 o 3 años" para que que tenga "legitimidad y continuidad". Esta ponencia, que todavía está sujeta a enmiendas, se debate a lo largo de este fin de semana en 52 debates telemáticos donde participan unos 520 militantes.

El objetivo central de la ponencia, según explican, es volver a poner a la CUP en una posición "decisiva", como creen que ya tuvieron en el contexto del referéndum del 1-O. Eso no implicaría necesariamente que los cupaires tuvieran responsabilidades en Gobierno, sino simplemente que tuvieran suficiente fuerza para incidir en las decisiones políticas en el país.

Si se cumplieran sus expectativas de fuerza, los cupaires buscarán arrancar diversos "embates y conflictos" con el Estado para garantizar "unas condiciones de vida dignas". Eso se podría materializar tanto con la aprobación e implementación de leyes como con movilización en la calle, al fin y al cabo para "superar los límites de la ley" y "forzar el Gobierno catalán" como creen que ya hicieron en octubre del 2017. Al demostrarse que es "inasumible" conseguir unas buenas condiciones sociales formando parte del estado español, la CUP cree que sería momento de "acumular fuerzas y forzar el derecho a la autodeterminación".

Para hacer eso, sin embargo, rehúsan poner fechas concretas porque habrá que preparar bien el terreno para que pueda tener "legitimidad y continuidad", cosa que lamentan que no sucedió el 1-O. Señalan que ahora mismo la prioridad es la pandemia y las condiciones sociales, pero apuestan por aprovechar el procés|proceso actual para "construir el momento" y "poner las condiciones" para celebrar un referéndum.

Mesa de diálogo

En relación a la mesa de diálogo, los cupaires lamentan que ahora mismo se trata de un espacio donde se negocia sobre el derecho a la autodeterminación, mientras que ellos apuestan para que sea una negociación sobre cómo se puede ejercer este derecho, con un orden del día claro. Por lo tanto, consideran que hoy por hoy es un espacio "vacío y sin sentido" donde se hacen "equilibrios entre partidos" y "se negocia a cambio de intereses".

Si en el marco de esta mesa no se avanza en la resolución del conflicto, la CUP apuesta por activar la vía unilateral.