El País dice hoy que la ley de la amnistía que esta semana, previsiblemente, presentará el gobierno español en las Cortes estará razonada de manera que desactive cualquier iniciativa para impugnarla en el Tribunal Constitucional. Por eso, el título de la información quiere transmitir la idea de que los opositores lo serán también a la misma Constitución y a la "convivencia democrática" en Catalunya, que es el concepto que, según todos los indicios, sustituirá al de "reencuentro", que contiene la misma condescendencia pero de menor graduación. Es un malabarismo parecido al de llamar "Encuentro" a lo que hasta entonces se llamaba "Descubrimiento y Conquista" de América, con ocasión del 500 aniversario de la cosa, allí por 1992, incluida la película 1492: Conquest of Paradise, dirigida por Ridley Scott, interpretada por Gérard Depardieu (Cristóbal Colón) y Sigourney Weaver (Isabel I), y pagada por los contribuyentes. La Vanguardia, en cambio, quiere alargar un poco más el suspense de la negociación, aunque ya está todo hecho y derecho, y no da por cerrado el acuerdo porque Junts aún no se lo ha tatuado en la frente y se pueden desdecir, etcétera. Todavía queda "un paso" para que el partido de Carles Puigdemont dé el sí a Pedro Sánchez.

La rebeldía de los ocho vocales conservadores del Consejo General del Poder Judicial es más bien ignorada o tratada como una curiosidad en todos los diarios dinásticos. El hecho está en las portadas, sí, pero en subtítulos o destacados, piezas menores que acompañan al título principal. El Punt Avui y Ara, en cambio, se asustan y abren la primera página con ese asunto. El Ara, además, explica en un título vecino que las grandes empresas están fastidiadísimas con el gobierno PSOE-Sumar porque mantiene el impuesto extra a los beneficios. No son solo jueces los que se encabritan. Da la impresión, sin embargo, que los otros seis diarios que aquí se comentan no quieren armar mucho ruido con los jueces. O quizá sea que quieren proteger la institución del mal paso de los vocales derechistas porque sus exigencias no engranan bien con la misma Constitución y tienen pocas posibilidades de salir adelante. Encima, los sublevados tienen el mandato caducado desde hace cinco años, es decir, que les da igual porque saben que no continuarán sentados en la misma silla un segundo turno.

El Trío de la Bencina no se ha animado mucho con los jueces este jueves. Su estrategia parece que es embadurnar 360 grados el acuerdo para la ley de amnistía, la misma ley, sus negociadores y todos los que se le acerquen. El Mundo, por ejemplo, la toma hoy con Fernando Galindo, el nuevo secretario general del Congreso (el abogado jefe de la cámara, para entendernos) porque antes era subsecretario de política territorial del gobierno español. Lo que esconde el tabloide ultra en portada es que Galindo pertenece al cuerpo de letrados de las Cortes Generales desde 2010 y allí ha permanecido hasta que, en 2021, lo fichó el ministerio de Política Territorial. O sea, no se puede dudar de la rectitud y neutralidad de los vocales rebeldes del Poder Judicial nombrados por el PP, pero el mismo motivo —vínculos con un partido— sí sirve para cargar contra el nuevo jefe de los servicios jurídicos de la cámara baja, que tendrá que pronunciarse sobre la proposición de ley de la amnistía que tanto les disgusta. Mira por dónde.

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