En plena crisis del coronavirus, Pedro Sánchez vendió la comisión de reconstrucción del Congreso de los Diputados como los nuevos "pactos de La Moncloa. Su voluntad pasaba por que fueran el máximo de transversales posibles y que se aprobaran con una anchísima mayoría en las Cortes. La realidad ha acabado siendo más agridulce a la hora de someter a votación las conclusiones. De los cuatro dictámenes, tres han acabado saliendo adelante. Los de los grupos de trabajo de sanidad y Unión Europea han recibido un apoyo bastante amplio. El económico ha visto luz verde por los pelos. El bloque de política social, uno de los pilares del gobierno de coalición, ni siquiera eso: no ha convencido ni a la derecha ni a la izquierda y ha sido rechazado por el hemiciclo.

Los marcadores han sido los siguientes. El que más consenso ha encontrado ha sido el de la Unión Europea, con 276 votos a favor y 59 en contra. En segunda posición, el de Sanidad, con 256 votos a favor, 88 en contra y tres abstenciones. En estos dos documentos ha arrancado el apoyo in extremis del PP. El de reactivación económica ha recibido un aprobado raspado: 169 votos a favor, 168 en contra y 11 abstenciones. El de política social ni siquiera ha pasado el filtro, con 172 votos a favor y 175 en contra. ERC ha votado a favor, pero el PNV y JxCat lo han hecho en contra.

El principal escollo era la escuela concertada, que inicialmente estaba excluida del dictamen de políticas sociales. A última hora se ha intentado arreglar, con una enmienda transaccional del PSOE, Unidas Podemos y ERC que eliminaba la referencia a la educación pública de "gestión directa". Este movimiento in extremis no ha sido suficiente para convencer al PP y Ciudadanos, pero tampoco a Junts per Catalunya y el PNV. El documento ha acabado naufragando.

Durante el debate de las conclusiones este martes en el Congreso, las formaciones independentistas ya denunciaron el tufo a centralismo que desprendían los documentos. El portavoz de ERC Gabriel Rufián denunciaba que que "el fantasma del jacobinismo" ha recorrido la comisión y se había decidido prácticamente todo entre el PSOE y el PP. Ferran Bel, de JxCat, lamentó que la parte sobre sanidad tenía "conclusiones recentralizadoras". La cuperaMireia Vehí avisó de que las conclusiones eran "papel mojado" e "impracticables con el acuerdo que se ha alcanzado en la Unión Europea".

Los trastos por la cabeza

A pesar de haber aproximado posiciones en dos de los cuatro documentos, el Gobierno y el PP todavía están lejos de encontrar un consenso político. Este miércoles, durante la sesión de control en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez y Pablo Casado se han vuelto a tirar los trastos a la cabeza como de costumbre. El jefe de la oposición le ha recordado que no "están para el autombombo" y "montar un pasillo de aplausos" después del acuerdo en Bruselas. El presidente español le ha respondido con mofa: "Hay Adenauer, Schuman, Monnet y, desde ayer, Pablo Casado como padre de la Unión Europea". El resultado final no se ha parecido demasiado a los Pactos de La Moncloa que prometió el Gobierno en plena pandemia.