La interpretación de los comunicados conjuntos que hacen públicos el gobierno español y el catalán después de sus reuniones se está convirtiendo en toda una ciencia. Los dos ejecutivos han anunciado este miércoles, después del encuentro que han mantenido en la Moncloa la vicepresidenta española, Carmen Calvo, con el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, y la consellera Elsa Artadi, la posibilidad de establecer un "espacio de diálogo" entre partidos para abordar una propuesta política para Catalunya. No obstante, horas después del encuentro no solo no se ha conseguido concretar en qué tiene que consistir este espacio de diálogo, sino que las versiones de unos y otros son abiertamente discrepantes. La solución tendrá que esperar a la reunión que las dos partes mantendrán la próxima semana —según algunas fuentes, el viernes— en Barcelona.

Desde la Generalitat se considera que esta mesa tendría que incluir al PSOE, mientras que fuentes del gobierno español consultadas por El Nacional la circunscriben a "partidos catalanes". Es más, algunas voces recuerdan que en el Parlament ya se impulsó un espacio de diálogo de los grupos de la cámara con el president. Además, como se hizo después de la reunión del pasado 20 de diciembre en el palacio de Pedralbes, desde la Moncloa se insiste en que "el marco de diálogo" tiene que quedar situado dentro de los límites del Estatut.

En la plaza de Sant Jaume, y en la línea de la propuesta que planteó el lunes en Waterloo el president en el exilio, Carles Puigdemont, se reclama que forme parte de esta mesa un mediador independiente. Es más, se apunta que el papel de mediación podría quedar en manos de Podemos o del PNV. "Tiene que haber un tercero, alguien neutral y con autoridad política", añaden. En cambio, desde la Moncloa ni siquiera se habla de esta posibilidad.

La realidad es que el comunicado conjunto que los dos gobiernos han hecho llegar a los periodistas, redactado con la habitual y calculada ambigüedad y donde cada una de las palabras se sopesa y se coloca en el lugar adecuado, permite tanto la interpretación de los unos como la de los otros sin traicionar en ningún momento la letra del texto.

Según este comunicado de tres párrafos, que aterrizaba a las dos menos cuarto en el Whatsapp de los periodistas, el encuentro de este miércoles ha servido para avanzar en el contenido de la declaración conjunta acordada el 20 de diciembre en Pedralbes con el objetivo de "establecer los mecanismos para un diálogo efectivo que vehicule una propuesta política sobre el futuro de Catalunya". "Se valora la posibilidad de establecer dos espacios de diálogo diferenciados: uno, entre gobiernos a partir de la comisión bilateral Estado-Generalitat, y otro, entre partidos, todavía por concretar", se añade.

El resultado de la reunión, que ha sorprendido a los negociadores catalanes a pesar de la inconcreción, se enmarca en pleno debate entre las fuerzas independentistas sobre la conveniencia o no de presentar enmiendas a la totalidad de los presupuestos de Pedro Sánchez. Tanto ERC como el PDeCAT afirman que presentarán una enmienda a la totalidad de las cuentas en caso de que el presidente español no mueva pieza en relación con Catalunya. El plazo para la presentación de enmiendas acaba el 8 de febrero. Pero el debate no se celebrará hasta el pleno de los días 12 y 13. Es decir, todavía habría margen para retirar la enmienda, que en caso de prosperar impediría la tramitación parlamentaria del proyecto de presupuesto del gobierno español. De momento, Sánchez mantiene las expectativas —de sus presupuestos— abiertas.