El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, podría haber empezado un pequeño incidente diplomático al recomendar el libro 1785 motivos por los que hasta un noruego querría ser español, si no fuera porque las autoridades noruegas se han tomado con humor, aunque con cierta acritud, las palabras del mandatario español.

Ciertamente, apelar al orgullo español asegurando que incluso los noruegos querrían pertenecer a este país tiene un punto de atrevimiento, que ya fue contestado sobradamente en las redes sociales, con intervención preclara del economista Xavier Sala i Martin. Finalmente ha tocado el turno de la embajada de Noruega a España, que ha querido señalar directamente a Rajoy que a pesar de que uno de cada cuatro noruegos visita el Estado español cada año, "nos gusta ser noruegos". Con cierto humor diplomático, Noruega invita a Rajoy a visitar este país, para que pueda descobir la razón por la que sus habitantes no tienen ninguna necesidad de ser españoles.