Sílvia Requena, abogada y presidenta de la sectorial de Igualdad y Derechos Civiles de CDC se convirtió ayer en la persona más buscada por los medios de comunicación en el consejo nacional de Convergència que se celebraba en Bellaterra. Después de que trascendió su voluntad de competir con Francesc Homs en las primarias para encabezar la candidatura convergente a las elecciones del 26-J, toda la atención se centraba en saber cuál es la propuesta que hay detrás de esta dirigente prácticamente desconocida fuera de las paredes del partido.

Es lo que El Nacional intentó averiguar en una conversación en los pasillos del consejo. "Venimos a dar un paso valiente –asegura–. Eso es una muestra más de que nos tomamos seriamente la renovación que haremos en el próximo congreso. Las bases del partido quieren participar de manera viva y directa en la elección de sus candidatos. Nosotros como personas que no somos profesionales ni mucho menos de la política, nos hemos planteado que podríamos ser una aportación diferente a toda la cuestión que tenemos abierta”.

¿Cuándo habla de nosotros a quiénes se refiere?
No represento una corriente, no represento una generación...

Esta opción es una opción de las bases, de la gente que no ha tenido trayectoria profesional de la política

Pues se le han atribuido diferentes etiquetas las últimas horas...
Yo soy la presidenta de las mujeres del partido. Y eso, evidentemente, es una novedad en sí misma, primero dar valor a la participación política femenina dentro de nuestro partido, que es de mucha y dilatada tradición. Por otra parte, siempre me ha tocado como abogada que soy estar en contacto con los derechos de las personas. Mi sectorial aborda grupos que son marginados, discriminados... Esta forma de ser más defensiva que tenemos de los colectivos un poco diferentes es lo que nos ha movido a participar dentro de CDC. Pero Convergència es muchas cosas: gente joven, las sectoriales, territorios, gente de talento ingente, muy anónima... y yo creo que soy una síntesis de todo eso.

¿Pero, cuándo habla de nosotros a quiénes se refiere?
Es una forma de hablar, no me gusta personalizar. Yo sé que represento cosas, que represento sensibilidades, mucha gente. Pero no sé decir si ideológicamente se me puede adscribir en un lado u otro. Por lo tanto, no soy de una familia concreta. Puedo en determinadas cosas ser progresista liberal, en otras socialdemócrata... Como ahora todo eso se está confrontando, no me gusta que me pongan una etiqueta porque es reducir mucho lo que nosotros queremos ser. Yo quiero que se entienda que esta opción es una opción de las bases, de la gente que no ha tenido trayectoria profesional de la política, que todo eso lo ha hecho porque ha querido. Sinceramente, este es el planteamiento, queremos dar el paso porque realmente nos creemos que tenemos que democratizar eso. Todo el liderazgo que ha aparecido por aquí hasta ahora era un liderazgo de un corte muy concreto, clásico. Entendemos que se están modificando estos liderazgos.

El futuro de CDC no puede ser un partido de cuadros, de notables, o de personas influyentes en determinados sectores, y basta

¿Representa a esta gente nueva que tiene que emerger en CDC, según decía Artur Mas en su intervención ante el consejo nacional?
Evidentemente. Porque no soy una cara conocida. No vivo de la vida institucional. No tenemos ni idea de lo que quiere decir ser un profesional de la política. El futuro de este partido no puede ser un partido de cuadros, o de notables, o de personas influyentes en determinados sectores, y basta. Tiene que ser mucho más. Como cuando sale Artur Mas, da un paso al lado y aparece un Puigdemont. CDC tiene muchísima gente como esta y tenemos que ponerlos en valor. Mi partido, al cual me siento tan orgullosa de pertenecer, es capaz de decir cosas tan fuertes como primarias. Queremos ser un partido abierto, moderno, transversal, de base muy grande y no eso que pueda haber estado en el pasado un partido de corte clásico que hacía el asalto democrático al poder entendido en clave seguramente muy masculina. Eso se tiene que eliminar.

¿Quién hay con usted?
Muchísima gente, yo creo. Lo sabremos a partir del momento de hacer este proceso...

¿Pero ahora mismo, quién más hay tras su candidatura?
Ahora como candidatura el procedimiento no es poner a muchas personas al frente porque no estamos haciendo todavía la lista. En CDC ahora hacemos dos procesos. Primero una terna sectorial o territorial te tiene que dar apoyo. Yo aquí tengo un espacio bastante grande que está en toda Catalunya: las mujeres. Puedo decir tranquilamente que sí, que las represento. Esta sería una vía. Después también tenemos mucha gente que compartimos generacionalmente muchísima trayectoria dentro de la causa. Algunos porque venimos de muy lejos, ya éramos miembros de la JNC, hemos estado en muchísimas actividades... Este equipo todavía no está configurado. Yo evidentemente lo empiezo a trabajar. Pero apoyos ya de gente sí que tenemos, claro está.

No únicamente tengo el apoyo de Gordó. También tengo apoyos de la lista de Homs

¿Germà Gordó?
No únicamente. También tengo apoyos dentro de la lista del propio Francesc Homs.

¿Sí?
Sí, la lista es muy larga, no sólo los diputados que entraron.

Usted formaba parte de aquella candidatura el 20D...
Sí, fui candidata al Senado.

¿A quién ha consultado antes de decidir presentarse?
De entrada he llamado a Francesc Homs, tenía que saberlo, también se lo he dicho al president Mas, y a la persona de Régimen Interior del partido que es Francesc Sánchez. Es normal que desde la organización política actual sepan que lo piensas hacer.

¿Lo comunicó antes de que saliera?
Sí.

No podía quedar vacante la invitación de Homs a hacer primarias

¿Y qué le han dicho?
Primero ha sido una cosa que forma parte de la cuestión natural que ya hemos abierto. De hecho la invitación la hizo Homs. Yo consideraba que no podía quedar vacante. Si se hace el ofrecimiento porque de alguna manera nos adelantamos a lo que será, es serio plantearse que como partido tenemos los recursos para hacerlo.

¿Qué quiere conseguir?
Sobre todo dar empuje a la gente, movilización, eso puede ser una nota de competencia sana. Y que los resultados acompañen. Porque inmediatamente después de eso tenemos una campaña electoral hacia Madrid importante.

¿Hacia Madrid para hacer qué?
Personalmente, pienso que sólo tenemos que ir a reivindicar el referéndum. Mi posición es bien clara: el Madrid institucional no me interesa nada. Pero sí me ìnteresa en la medida que puede ser como Escocia, tienes que ir allí a intentar negociar que nos den lo que queremos. Este es un pueblo mayor de edad que puede tomar las decisiones que corresponda sin tutelas.

¿Se ve candidata?
Yo sí.

Se ha acabado tanta prudencia. Vamos a confrontar ideas, proyectos y personas, es una cosa muy natural

¿Se presenta con ganas de ganar?
Sí, me presento con ganas de ganar. Veo que la política se está feminizando. Tenemos una Ada Colau en Barcelona, una Manuela Carmena en Madrid, tenemos mujeres potentísimas repartidas por todo el territorio de Catalunya, alcaldesas de nombres diversos que me encantan todas, con sus acentos. Veo que CDC por primera vez abre una puerta a una oportunidad como esta. Perder no es lo que me mueve. Es un tema de coherencia personal. Cuando llevas 31 años al lado de toda esta gente que empuja hacia donde empuja, al final también el paso es sencillo, eres abogada, tienes la vida montada. ¿Tengo que instalarme en una zona de confort y no intentarlo? ¡No! Se tiene que procurar aportar cosas diferentes. Y nosotros lo tenemos. Somos disciplinados, buena gente, siempre prudentes. Se ha acabado tanta prudencia. Vamos a confrontar ideas, proyectos y personas, es una cosa muy natural.